DÍA 9: Lunes
La ley del dar.
Dar se basa en ser, ya que sólo
puedes dar lo que eres. Esto quiere decir que debes ir hacia
tu interior para acceder a tu reserva infinita de inteligencia, fuerza, y
dicha. Medita, lee, escribe un diario, sal a caminar, deja que todas tus
actividades te lleven a alinearte con tu ser esencial.
“Todo en la vida es, por principio de cuentas, un regalo. Y
lo recibes mejor y lo vives mejor si lo recibes con los brazos abiertos”. –Leo
O’Donovan
Fluir
A medida que crecemos, a muchos de
nosotros nos enseñan que “es mejor dar que recibir”. Sin embargo, es necesario
dar y recibir para mantener el flujo del amor, la dicha, y la abundancia
circulando en nuestras vidas. Como ejemplo muy sencillo, cada vez que
inhalamos, estamos aspirando el oxígeno dador de vida que producen las plantas
y los árboles, y cuando exhalamos, devolvemos dióxido de carbono que a su vez
nutre a la plantas y a los árboles.
Al recibir, estamos dando. Piensa en
toda la dicha que sientes cuando das de corazón y puedes experimentar la dicha
ocasionada por admirar la felicidad del destinatario. Imagina cómo te sentirías
si rechazaran tu regalo... si detuvieran el flujo de energía.
En el nivel más profundo, dar y recibir
son lo mismo: distintas caras del mismo flujo de energía en el universo. Si te
causa conflicto recibir regalos, ayuda, halagos o cualquier otra cosa, ten en
cuenta las palabras de uno de los seres más generosos e iluminados que haya
existido, el Buda, quien dijo:
Puedes buscar por todo el universo, y no encontrar un solo ser más merecedor
de tu amor y afecto que tú, y no encontrarás a esa persona en ninguna parte. Te
mereces tu amor y afecto, tanto como cualquier otra persona en todo el
universo.
Lo que yo entiendo de
esto:
Todo aquí lo veo muy claro, quizá puedan
pensar que me da pereza escribir o que realmente no me deja nada pero todo esta
tan bien planteado que queda poco que añadir, somos un regalo, la creación más
perfecta y nuestro ser merece amor, respeto, adoración y cuidado, nuestro
cuerpo es nuestro más grande templo y necesitamos cuidar de él.
Por
otro lado, a mí personalmente se me complicaba mucho aceptar regalos o halagos,
pero he ido aprendiendo a hacerlo y de
verdad es algo muy bonito, la alegría de saber que alguien se toma el tiempo de
buscar algo que regalarte, su felicidad de saber que te gusta, es todo un
intercambio de energía, una felicidad contagiosa que genera más sentimientos
bonitos y refuerza cualquier lazo.
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