29.12.16

Mi palabra del 2017: Fluir

Si bien no soy muy fanática de los propósitos de año nuevo esta idea me ha resultado maravillosa, es una practica que va más allá de decir "el próximo año voy a hacer tal cosa" es comprometer con una palabra, con un hecho.

Es elegir una palabra que te va a acompañar todo el año, esta palabra tienes que sentirla de verdad, tiene que darte motivación, ser ese empujonsito que te haga falta cuando te sientas caer.

Mi palabra para el 2017 será Fluir.

Fluir : Brotar con facilidad y abundancia [las ideas] de la mente o [las palabras] de la boca.

¿Por qué?

Cada cosa en el universo está conformada por el flujo dinámico de dar y recibir, inhalamos para recibir el oxígeno que nos mantiene vivos y cuando exhalamos nutrimos a las plantas y a los arboles con dióxido de carbono, así mismo compartimos nuestro amor, creatividad y alegría, y experimentamos la expansión de esas mismas cualidades en nuestras vidas.


Fluir es el estado en el cual una persona se encuentra concentrada en las distintas facetas y actividades de su vida, siempre con una actitud donde el tiempo transcurre sin trabas y toda nuestra energía tiene una misma dirección.

Así que ese es mi objetivo, mi motivación, mi propósito.

Segunda parte serie SER: Enamórate de ti

Creo que podría escribir un libro completo de esto, es más, espero hacerlo y enviárselos por e-mail (suscríbete aquí sí te gustaríarecibirlo), en fin, es un tema complicado, realmente suena sencillo y en ocasiones nos topamos personas que lo hacen parecer tan fácil que cuando caes en la cuenta de que realmente no lo es vives mil emociones diferentes juntas.

Recién termine un curso precisamente sobre esto, sobre aprender a enamorarnos de nosotros mismos y desde la primera pregunta ya tenía dudas, luego de la primera clase no pude evitar sentir que me tenía abandonada y que realmente estaba dando por hecho un montón de cosas que es necesario cultivarlas en nuestra vida diaria, y es que usualmente damos por hecho que nos amamos, confundimos nuestra zona de confort con amor o damos por hecho que nuestro ego es equivalente a nuestro amor, pero en realidad ¿Cuándo fue la última vez que te consentiste?, ¿Cuándo fue la última vez que pasaste toda una tarde sola dándote atención a ti misma?, ¿Cuándo fue la última vez que te hablaste bonito?

Es importante saber que antes de amar a los demás NECESITAMOS amarnos a nosotros mismos, es una parte fundamental, pero solemos darla por hecho también.

Leí alguna vez hace tiempo que Deepak chopra dice que las 3 necesidades básicas del ser humano son:
1- Saberte amado
2- Ser capaz de amar
3- Ser amable

Nuestra voluntad de cuidar de nosotros amorosamente está muy profundamente conectada con nuestra capacidad para recibir amor de los demás, cuidar de tu mente, cuerpo y espíritu todos los días te pondrá en el camino hacia el verdadero amor con la persona más importante en tú vida, TÚ. Esto no significa para nada que debemos amarnos a nosotros mismos y olvidarnos de dar amor a quienes nos rodean, es en realidad un flujo constante, hay que recordar que todo lo que das al universo vuelve a ti multiplicado, entre más te ames y más amor des, más amor recibirás.

¿Es importante amarte a ti mismo?

Sí, yo creo que necesitas aprender a amarte a ti mismo para poder fomentar la confianza, para poder crear tu vida y ser feliz, en el amor propio esta la capacidad de desapego, de cosas materiales, de tú pareja, de la imagen que tienes sobre ti mismo y que en muchas personas no es más que la imagen que tu ego cree que eres, y el ego toma ideas del mundo exterior, se alimenta de aprobación y confianza y a veces alienta incluso de sentimientos de inadecuación y miedo como el ¿Qué piensan de mi estas personas de mí?, ¿Me veo bien?, ¿Dije lo correcto?, etc.

Necesitamos dejar de compararnos con los demás, no eres como tú vecina, como tu amiga, como tú jefa, como la mujer despampanante que viste en una revista ni mucho menos, no eres ni más ni menos que ellas, eres simplemente tú, un ser fantástico, único, tenaz y capaz de conseguir lo que te propongas porque naciste siendo extraordinaria, hermoso y te amas, y por eso cuidas de ti misma y por eso crees en ti.

Cuando comienzas a compararte con los demás o a juzgarte según lo que el mundo exterior te dice, en ese momento dejaste de amarte a ti misma.

Recibimos retroalimentación de nuestro entorno en el transcurso de los años conforma 
la imagen que tenemos de nosotros mismo, por ello nuestra imagen propia sigue recordándonos quienes fuimos en una situación específica, no quienes somos.

A medida que aceptamos y respetamos lo que somos comenzamos a tratarnos como a un ser amado al que apreciamos, con gentileza, honestidad, verdad, compasión y amor.

Eres mucho más que la imagen que te has formado de ti mismo con base en lo que ha dicho el mundo exterior, date permiso de despegarte de esas opiniones y percepciones, ábrete a tu divinidad, tu creatividad y tu potencial y vive desde tu yo superior.

“Puedes buscar por todo el universo y no encontrar un solo ser más merecedor de amor que tú”.

-      Buda

18.12.16

Primera parte serie SER: Soy

La mayoría de nosotros en algún momento de nuestra vida nos enfrentamos con esta temida y confusa pregunta:

¿Quién soy?

Tendemos a vivir esta etapa llena de dudas existenciales y cuestionamientos intensos sobre nosotros mismos de una manera que muchas veces puede resultar errónea, llegamos a creer que somos a lo que nos dedicamos o lo que las demás personas dicen que somos, y estas ideas además de ser erradas son ideas y conceptos que no son nuestros, no nos pertenecen.

Durante la adolescencia y la niñez oímos constantemente que tenemos que estudiar para llegar a ser alguien, que debemos preocuparnos por tener un buen empleo cuando seamos mayores para poder llegar a ser alguien en esta vida.

La verdad es que nosotros ya somos alguien desde el momento en que nacemos, somos un ser individual, único, poderoso e infinito y nos cuesta trabajo aceptarlo, nos cuesta poder llegar a creer fielmente en este hecho; tenemos una tendencia natural a encontrar nuestra identidad en nuestros roles de vida, nuestra personalidad, nuestro trabajo, nuestro cuerpo, nuestra cultura, nuestro pasado, y nuestros sueños, pero en realidad, todas esas cosas son aspectos temporales y externos de nosotros mismos, influyen en tu vida, pero no te definen. 

Nuestra verdadera identidad esta en lo más profundo de nuestro ser.

No somos nuestro cuerpo o aspecto físico, este cambia constantemente, lo ha estado haciendo desde que nacemos, simplemente a través del flujo constante de renovación celular.

No somos nuestras emociones o personalidad, estas son cambiantes también.
Nuestra naturaleza esencial, lo que realmente somos es lo que muchas religiones y tradiciones llaman; Espíritu o alma.

El espíritu es eso que somos por naturaleza, todo lo que somos desde nuestro nacimiento y que poco a poco se ve corrompido por ideas y costumbres cultivadas en nosotros en nuestra infancia.

Las cualidades propias del espíritu son: amor, compasión, ecuanimidad, alegría, creatividad, intuición y la dicha.

Basta con poner atención a los niños pequeños, puros, amorosos y compasivos, son felices con cosas muy simples, siempre tratan con amor a otros seres vivos y hacen amistad con facilidad, sin prejuicios, sin detenerse a juzgar.

¿En qué momento perdimos esa habilidad?, ¿En qué momento olvidamos quiénes somos?, ¿Por qué vivir para satisfacer a los demás?

Que tú nuevo propósito al igual que el mío, sea reencontrarte contigo mismo, aprender a volver a ser quien realmente eres, sin miedo, sin pena a lo que los demás puedan pensar, si ellos piensan negativamente sobre quién eres el problema no es tuyo, es de ellos.

Tú estarás liberada, podrás SER libre y plena a cada instante, y cuando te decides a dejar fluir tu verdadera esencia el universo juega de tu lado.



La auto aceptación comienza cuando vamos más allá de nuestros pensamientos y nos asumimos tal cual somos. Por ello es importante cultivar el amor propio constantemente.



 

Serie “SER”

Este año ha traído muchas cosas y sucesos, unos excelentes, otros no tanto, pero cada uno con lecciones poderosas y dejando siempre su mensaje de crecimiento.

Es por esto que quiero finalizar este año con la serie SER. He pasado los últimos meses en un periodo que voy a llamar “aturdimiento”, un proceso en que me debatí muchas veces si abandonar el blog y desistir del sueño de ser bloguera, comenzar de cero o retoñar como las flores en primavera después del crudo invierno que enfrentamos.

Decidí retoñar, pero esto no me resulto fácil, no es fácil retomar la motivación, recuperar la inspiración y tener la valentía de afrontar los nuevos retos, no es fácil reencontrarse.


Por ello cree la serie de post “SER”, donde podrán leer un poco de mi diario privado sobre como he estado llevado el proceso de volver a mí misma para poder seguir haciendo crecer esta comunidad.

Primera parte: SOY




No olvides dejar tu comentario y seguirnos en redes sociales:)

4.9.16

BLOG: Lo que aprendí de mi enfermedad

¡Hola chicos y chicas!

Comenzó septiembre, este año se me está pasando más rápido de lo que esperaba pero va muy bien, tengo que estar agradecida por eso.
Estamos a 1 año de que mi reumatóloga me quito el medicamento por el daño hepático que me causo y me puse un poquito reflexiva/nostálgica.

Cuando me diagnosticaron Espondilitis Anquilosante fue un aturdimiento total para mí, recuerdo solo escuchar a la Doctora decir “Es una enfermedad autoinmune”, “Es genética”, “No existe cura”, “Los medicamentos son experimentales, no sabemos los efectos que pueda tener” y mi mundo se vino abajo, siempre había sido una persona sana, feliz y recibir esta noticia limito no solo mi vida diaria sino también muchos de mis sueños y metas por mucho tiempo.

Vale, no ha pasado tanto tiempo desde mi diagnóstico, ¡Van a ser 2 años!, siento que ha pasado una eternidad pero haciendo el recuento nuevamente me he puesto a pensar que realmente ha sido un mal por un bien.

Antes de la Espondilitis comía ¡Súper mal!, a veces pasaba el día entero con botanas y refrescos, no digo que no comiera nada saludable en absoluto, en realidad siempre he amado los vegetales y legumbres, solo siempre he sido poco dada a comer carnes o pescado entonces si solo había eso en mi casa, compraba galletas o comida en la calle.

Siempre he sido muy cruel conmigo misma, me exigía demasiado, odiaba muchas cosas de mí, solía hacerme daño a mí misma, no del tipo cortarse las venas ni nada parecido pero aún con mi diagnostico hacia cosas que sabía que no debía solo porque me sentía frustrada, por ejemplo, cuando el medicamento me daño el hígado seguía tomándomelo cuando me enojaba o me sentía depresiva, esa era mi forma de dañarme y está mal, lo sé, pero ahora todo tiene sentido para mí, ya se los compartiré en otra entrada.

Hoy en día, ya no veo la enfermedad como algo malo porque gracias a ella aprendí a cuidarme, a quererme y a prestar real atención a mi cuerpo, más allá del cómo me veo o que pienso que debería hacer según la sociedad, aprendía a escuchar a mi cuerpo, a darle todo ese amor que siempre le había negado porque simplemente pensaba que yo misma no era digna de amor.

Gracias a mi enfermedad aprendí a ver las cosas con un enfoque positivo, aprendí que la decisión de estar bien esta en tus manos solamente, nadie más puede ayudarte si tú misma estas constantemente diciéndote que no, que no puedes, que no lo vales, que no es posible.

Hace tiempo comprendí que esta enfermedad puede hacerme las cosas más difíciles, puede afectar muchos días de mi vida, puede hacer que me tiré a llorar del dolor en mi cama en ocasiones pero no va a hacerme imposible nada, será más difícil, sí, pero no va dirigir mi vida, no va a limitar todo lo que deseo lograr, al contrario, tiene que ser un incentivo para seguir adelante siempre y demostrarme a mí misma que vale la pena y que soy capaz.

Y es realmente difícil lidiar día a día con una enfermedad que los demás no pueden ver, enfermedades de dolor crónico sobre todo, porque las personas te ven bien, te ven sonreír, te ven asistir a clases, al trabajo, salir a comer, y ellos piensan que estas bien y que todo es “psicológico”, cuando ellos no tienen idea del trabajo que cuesta levantarse de la cama a veces, del trabajo que cuesta mantener la sonrisa en tu rostro cuando estas en crisis, de lo difícil que es asistir a clases cuando a los 40 minutos de estar sentada empieza a matarte de dolor la columna, así que gracias a la EA aprendí también a ser más empática y compasiva con los demás.

Si conoces a alguien con fibromialgia, espondilitis anquilosante, etc. No lo juzgues, tú no sabes en realidad con lo que esa persona está tratando ni el sinfín de problemas colaterales que pueda tener.

"Tú debes ser el cambio que deseas ver en el mundo".

 — Mahatma Gandhi

21.8.16

Consejos para la mujer fuerte

Poema de Gioconda Belli

Si eres una mujer fuerte protégete de las alimañas que querrán almorzar tu corazón. Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra: se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar. Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos hasta lo más profundo del magma de tu esencia no para alumbrarse con tu fuego sino para apagar la pasión, la erudición de tus fantasías.
Si eres una mujer fuerte tiene que saber que el aire que te nutre acarrea también parásitos, moscardones, menudos insectos que buscaran alojarse en tu sangre y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.

No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca a negarte a la palabra, a esconder quien eres, lo que te obligue a ablandarte y te prometa un reino terrestre a cambio de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte prepárate para la batalla: aprende a estar sola, a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta a nadar contra corriente.

Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto, Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo, rodéalo de fosos profundos pero hazle anchas puertas y ventanas.
Es menester que cultives enormes amistades, que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres, que te hagas un circulo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte protégete con palabras y arboles e invoca la memoria de mujeres antiguas. Haz de saber que eres un campo magnético hacia el que viajaran aullando los clavos herrumbrados y el óxido mortal de todos los naufragios.

Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias
Constrúyete. Cuídate
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo por ti
Te lo pido en nombre de todas nosotras.

Gioconda Belli

15.8.16

La heredera: Capitulo 8

Esperanza


- ¿Prefieres el verde espuma de mar o el azul aqua? – Preguntó Bree mientras tecleaba algo en su portátil.
- ¿No son iguales? – pregunté, realmente no venía a mi mente la diferencia.
- Claro que no, uno lleva más azul y el otro lleva más verde, son totalmente diferentes. – respondió aun sin quitar la vista de la pantalla.
- Espuma de mar supongo, ni siquiera sé que estás haciendo Bree – y era verdad, llevaba 1 hora hablando de colores y formas pero no me había dicho aun que era en lo que trabajaba.
- Tus invitaciones, tonta, ¡daremos la fiesta del año! – dijo emocionada.
- ¿No es muy de fiesta infantil dar invitaciones? – me resultaba extraña la simple idea, juro que si decía que tendríamos piñata la llevaría a una clínica de urgencia, yo iba a cumplir 23 años, por Dios.
- No, es solo para que los invitados puedan entrar al antro, por cierto, necesito tu lista de invitados.
- ¿MI lista de invitados? – enfatice más el “mi” debido a que bueno, ¿De que hablaba? Era mi fiesta, ¿A quién planeaba invitar?
- Hice una lista general, compañeros de laboratorio, del club, de trabajo, gente que conocemos las 3 pero no sé a quién específicamente quieras ahí – respondió mientras garabateaba círculos en una hoja.
- Incluye a Shirley y a su hermano en esa lista – En realidad me gustaba pensar que una fiesta los ayudaría a encajar, sobre todo a Shir.
- Voy a invitar a los Garnett también –declaro casi temerosa Bree, al menos era consciente de que no eran mis personas favoritas.
- ¡De ninguna manera! No, olvídalo, es la peor idea que has tenido, es mi fiesta y no los quiero ahí – dije y le dedique mi mirada más molesta.
- Vaaaaamos, por favor, sabes que me gusta uno de ellos – dijo mirándome como lo haría un cachorro pidiendo un trozo de carne.
- Invita entonces solo al que te gusta y asunto resuelto – Ella pareció meditarlo, no había manera en el mundo de que le permitiera tener a toda esa familia junta, algo en ellos no me agradaba, había visto a la chica y literalmente desee salir corriendo cuando su mirada de fijo en mí, era espeluznante.
- Invitare a los gemelos – declaro de repente y casi me ahogo con el refresco – es decir, sería extraño que invitará solo a uno de ellos ¿Verdad?
- Espera un minuto – deje el vaso sobre la mesa y trague saliva buscando una manera de preguntar y no sonar, bueno, sospechosa – ¿Te gusta uno de los gemelos?, no lo hubiera imaginado, creí que te gustaba Noah – y era verdad, tenía la idea de que Bree tenía cierta fijación por él, al parecer soy muy mala observando estas cosas.
- Noah es increíble, pero Kieran llego primero, es derecho de antigüedad – Bree elevo suavemente sus hombros y continuo con lo que sea que estaba diseñando, definitivamente mi amiga era muy extraña.
- Te dejaré mi lista en la mesa de la cocina – dije levantándome de mi lugar, necesitaba ducharme y deprimirme un poco con películas o algo así. Bree no respondió, era evidente que estaba demasiado enfrascada planeando, pero comenzaba a preguntarme que planeaba más, si la fiesta o como conquistar a Kieran.
Un escalofrió me recorrió cuando entré a mi habitación, mire alrededor buscando algo fuera de lugar pero todo lucia exactamente como siempre, encendí la luz y corrí a verificar que la ventana estuviera cerrada, tire de ella con fuerza un par de veces y no se abrió, estaba completamente cerrada, quizá mi cerebro ya estaba jugándome malas bromas, iba a girarme a buscar mi computadora portátil cuando un movimiento en el jardín me puso alerta, eran los gemelos jugueteando en la acera, lucían cansados y desde mi lugar podía ver el rastro de sudor en sus cuerpos, no es como que no fuera evidente claro, sus camisetas estaban empapadas,  para mi mala suerte Kieran fijo su mirada en mi ventana y no pude ser lo suficientemente rápida para evitar que me viera, me sonrió y saludo con su mano, estaba atrapada, cuando Aidan volteo a verme solo pude saludar suavemente y cerrar las cortinas.
- Genial, ahora pensarán que soy una acosadora o algo así – me dije a mi misma – ¿Cómo podre almorzar con Aidan mañana ahora?, no podré quitar de su egocéntrica cabeza que soy una acosadora, ¡Bien hecho Eyre, sabes cómo humillarte!
- No es ninguna humillación observar – escuche y di por hecho que había sido Kat hasta que capte el hecho de que había sido una voz masculina, mire cuidadosamente por toda la habitación y seguía tan vacía como el cerebro de Becca cuando había entrenamiento de futbol.
- ¿Hola? – dije no muy convencida y realmente no sabía que esperaba, ¿Un fantasma?, afortunadamente nadie respondió, definitivamente mi mente cansada estaba jugándome malas pasadas.
Por un rato todo estuvo en una calma inmensa, no ese tipo de calma que te hace sentir incomoda y ensordece tus sentidos, era una calma pacifica, no había señales de fantasmas merodeando, saque el cuaderno viejo que robe del cajón de la mesa de noche de mi madre, era hermoso, pastas gruesas y ligeramente desteñidas por el tiempo, las hojas eran amarillas y había un montón de dibujos y algunos textos que no podía descifrar el idioma en que estaban, era enigmático, era hermoso y yo no podía darle más uso que de alguna especie de diario.
Comencé a garabatear en él, mamá decía que cuando te sintieras asfixiada por alguna emoción dejarás que todo fluyera fuera de ti a través del lápiz y el papel, cuando terminabas te sentías mejor o al menos lo olvidabas. Dibuje una cabaña de madera, de esas rusticas que salían en las películas, junto a ella un gran árbol, aves volando por lo alto…
- Aves – me dije a mi misma, un recuerdo atravesó mi mente en forma de una gigantesca nube de imágenes sin sentidos, no lograba darle forma, me levante de mi lugar con una sensación desesperada oprimiendo mi pecho y salí de mi habitación, miré a mí alrededor por unos segundos sin saber que hacer o a donde ir, camine por todo el pasillo y baje corriendo las escaleras, aun no sabía a donde ir pero sabía que necesitaba salir para despejar mi mente.
- ¿A dónde vas? – preguntó Katlyn desde el sofá mientras me miraba fijamente con extrañeza, la imagen congelada de un grupo de niñas vestidas con grandes sombreros que terminaban en punta y unas desordenadas escobas en sus manos llamo mi atención.
- Brujas – dije en voz alta a nadie en particular.
- ¿Brujas? – Katlyn preguntó con el ceño fruncido y acto seguido fijo su mirada en la pantalla, comprensión lleno su rostro - ¡Ah claro!, sabes que me encantan estas cosas, ¿Quieres verla conmigo? – Ella había dejado de ponerme atención, puso play a la película y una vista general de un gran bosque paso por la pantalla, algo pulso en mi mente y entonces salí de la casa deprisa.
Corrí por la acera sin saber exactamente a donde me dirigía, todo lo que podía hacer era seguir corriendo,  cuando me encontré a mí misma justo frente al bosque estaba cansada, mis pulmones ardían y estaba jadeante, camine sigilosamente adentrándome cada vez más entre las sombras de los árboles, extrañamente no sentía temor, estaba curiosa y me sentía totalmente en paz.
Me senté en un tronco caído en medio de la nada, no tenía idea de que estaba haciendo pero me sentía tranquila, trate de acomodar el remolino de ideas y recuerdos que era mi mente. La luna iluminaba magníficamente el bosque, solo podía escuchar el sonido lejano de alguno que otro pequeño animal merodeando probablemente en busca de comida, entonces el recuerdo me golpeo tan fuertemente que tuve que cerrar los ojos y sujetarme la  cabeza con las manos.

Había aves volando alto en el cielo sobre las copas de los árboles, eso no es ninguna novedad pero era lo primero que estaba a mi vista., mi madre…no, no era mi madre, era otra mujer, ella me tenía cargada pero no estaba prestándome atención, ella hablaba con otras personas, miré en todas direcciones buscándolo, él no estaba, pero había mucha gente y luciérnagas por montones a nuestro alrededor.
“Eres nuestra única esperanza” dijo la mujer en voz baja cerca de mi oído mientras sobaba mi espalda demandando atención. Yo no podía comprenderla, yo solo quería volver a verlo, él me había prometido todos los juguetes que quisiera, lo había prometido.

- ¿Qué haces aquí? – di un salto de susto, no había sentido llegar a nadie, me sobresalte tanto al salir de mi trance que perdí el equilibrio y caí del lugar donde estaba sentada. Una mano rodeo mi brazo y me ayudo a levantarme – Tranquila, no te espantes, solo soy yo – dijo con voz suave casi tierna y me sentí aliviada al instante, levante mi cabeza y lo vi, lucia diferente a todas las otras veces que lo había visto.
- Te ves distinto – fue lo primero que salió de mi boca, él me sonrió de manera reconfortante.
- Tú me ves distinto – dijo simplemente y no pude entender a qué se refería.
- No lo entiendo – respondí, necesitaba que fuera un poco más explícito pero aparentemente no lo conseguiría.

- Tengo esperanza en que lo harás mo chuisle.



La heredera: Capitulo 7

Rumores de hadas

Nolan

- ¿Lana? – llame a la pequeña hada de agua por octava vez, llegue tan pronto como pude después de ver su llamado, no podía estar muy lejos, examine la orilla de lago y luego mire hacia arriba a los arboles tratando de encontrarla, no había ningún atisbo de brillo merodeando por allí.
- Lana soy Nolan, ¿Estás bien? – repetí, llevaba 10 minutos llamándola ¿Dónde se había metido? – Te traje caramelos – sabía que le había prometido fresas pero tenía tanta prisa por llegar aquí que no pude pasar a buscarlas, todo lo que tenía a la mano eran caramelos y  goma de mascar.
- Vamos Lana, ¿Dónde estás? – Un movimiento detrás de un arbusto llamo mi atención, trate de acercarme lentamente, si no era Lana no quería molestar a lo que sea que estuviera ahí, acerque mi mano lentamente para mover la hierba cuando una voz me sobresalto.
- A los conejos no les gusta que los molesten – dijo – se asustan fácilmente y su corazón corre deprisa.
Me giré para verla, aparentemente había encontrado los caramelos puesto que tenía varios dentro de su boca y las pequeñas manos llenas de dulce.
- ¿Estas bien? – pregunté y realmente me importaba saberlo, era pequeña, sus poderes aun no eran fuertes lo que significaba que estaba expuesta.
- Sí – dijo con gesto apenado – estaba aquí esperándote pero había un colibrí bebé herido, lo lleve con las hadas fauna para que lo curaran. – Las hadas vivían constantemente preocupadas por todo su entorno, ver a un animal herido era siempre trágico para ellas, las hadas fauna eran un grupo de hadas que pasaban su vida entre humanos aprendiendo técnicas para curar a los animales, ese conocimiento más un poco de magia hacia una gran diferencia para la conservación de las pocas especies que quedaban en el mundo humano.
- Entiendo, eso es un gesto muy amable Lana – la pequeña me miro sonriendo, el comentario le había agradado - ¿Tenias algo que contarme? – pregunté rogando por dentro que así fuera.
- Estaba recolectando semillas anoche – dijo mientras metía un caramelo a su boca – mamá me dijo que no me alejara mucho pero lo hice porque las mejores semillas están en el centro del bosque, cerca de un gran roble viejo – sus pequeños ojos inspeccionaban mi rostro en busca de una reacción de molestia posiblemente – cuando estaba allí vi a una mujer humana, se veía joven pero no tanto – dudo un segundo – posiblemente se viera como mi tía Bella cuando toma su forma humana – yo no tenía idea de cómo lucia su tía Bella pero asentí para que continuará – ella tenía una vibración muy muy alta pero mamá siempre dice que hay humanos que pueden tenerla así que lo ignore, de rato llego un chico, se veía como tú pero sus ojos no eran como las hojas de los árboles, él la llamo mamá y se abrazaron por mucho tiempo.
- ¿Ellos dijeron algo? – pregunte sentándome en el suelo, ella imito mi acción y se sentó junto a mí.
- Él hablo de una chica, dijo que estaba feliz de poderse acercar a ella después de tanto tiempo pero que le preocupaba que sus hermanos la encontrarán, ella dijo que debía decidir algo pero pude entender que era. – Lana me miro expectante, quería que yo le aclarara las cosas pero no podía hacerlo porque ni siquiera sabía lo que ocurría, no esperaba esta clase de información ni sabía con certeza quienes eran, aunque tenía una sospecha no me quería adelantar.
- ¿Sabes algo más Lana?, cualquier cosa que hayas escuchado me ayudará mucho.
- Escuche a los gnomos hablar de que los hijos del oscuro estaban en el mundo mortal y que vieron a una chica…Diana…viana…
- Brianna – ella asintió frenéticamente.
- Ese era su nombre, la vieron a ella haciendo tratos con mestizos que han abandonado el otro mundo.
- ¿Sabes para qué?
- Ellos dicen que quiere usar el poder de sentir energía de los mestizos para encontrar a la heredera ya que ellos solo pueden olfatear y no han logrado dar con ella por eso – Con mestizos de su lado era cuestión de tiempo para que dieran con la chica, no sería inmediato puesto que el ultimo mestizo que abandono el otro mundo se fue hace 50 años, estaban fuera de practica por así decirlo pero el día del cumpleaños de la heredera su energía vibraría tan alto que no podría pasarles desapercibido.
- Ellos no encontrarán a la heredera ¿verdad? – preguntó Lana viéndose tan triste como un niño cuando descubre que Santa Claus no existe.
- Me encargaré de que no lo hagan –dije revolviendo su cabello – mantendré a salvo a la heredera, lo prometo – su rostro se ilumino al instante y sonrió enormemente.
- Tú sabes donde esta – declaro confiada aun con una gran sonrisa en su regordeta cara.
- ¿Por qué dices eso? – no iba a negarlo, necesitaba mantener la fe en ella para que me siguiera ayudando, así funcionaba esto con las hadas, todo en su mundo, hasta su existencia misma, era cuestión de fe.
- Dijiste que la mantendrás a salvo, no hubieras dicho si no supieras donde está.
- Puede ser – le confié – pero necesito que esto sea nuestro secreto, no queremos alertar a los malos de que dimos con ella ¿cierto?
- No, te prometo – dijo poniendo su mano el alto, lista para hacer un juramento – que no le diré a nadie nuestro secreto, ni siquiera a mamá.
Resultaba un poco obvio que la pequeña estaba emocionada, ser parte de algo importante siempre era emocionante para las hadas, sobre todo para las más jóvenes, con la edad tendían a hartarse y preferían vivir solitariamente realizando las labores que nacieron destinadas a hacer, aun así era demasiado joven e iba a mantenerla alejada del peligro que implicaba esta búsqueda, mientras pudiera solo mantenerla como informante estaba a salvo.
- Mantenme al tanto de cualquier cosa ¿Está bien? – ella asintió conforme –si vuelves a ver a las personas que viste anoche presta atención a lo que dicen y cuéntamelo todo, no tengo idea de que pueda ocurrir con ellos.
- Él no era persona – dijo de repente – es decir, no era humano, podía sentirlo.
- ¿Qué era entonces? – esperaba que ella hubiera podido identificarlo.
- Un cambiante – respondió otra voz a lo lejos, una mujer joven venia caminando hacia nosotros, usaba un brillante vestido verde hasta sus delgadas rodillas y su cabello estaba perfectamente peinado en una sola trenza, no la conocía pero Lana sí, corrió hasta ella y la abrazo fuertemente, me acerque a ellas, no entendí nada hasta que estuve lo suficientemente cerca para ver la insignia que llevaba marcada en su muñeca. Era la guardiana del boque,
- Maeve, que gusto verte, ha pasado un tiempo – salude.
- Hola Nolan – dijo simplemente.
Lana miro entre ella y yo con sus pequeñas cejas juntas. - ¿Se conocen? – pregunto finalmente.
- Sí Lana, Nolan y yo somos viejos amigos – eso era una verdad a medias, Maeve había sido mi novia años atrás hasta que decidió dejarme por otro mestizo, pese a todo habíamos llevado una relación pacifica cuando ella decidió mudarse a América.
- ¿Cómo sabes que era un cambiante? – pregunte desviando el tema, no estaba particularmente interesado en una conversación casual en estos momentos.
- Porque lo he visto correr por este bosque desde hace días, soy la guardiana, nada pasa en mi bosque sin que yo lo sepa. 
- ¿Sabes porque estamos aquí? – estaba casi completamente seguro de que lo sabía pero necesitaba que se sintiera incluida o podría quitarme a única fuente de información en el bosque, Lana.
- Si me pides mi opinión la heredera está lejos de existir a estas alturas – dijo en un tono condescendiente.
- Es una fortuna que no te la haya pedido – Maeve me dedico una mirada molesta pero ciertamente no lograba entender a que se debía tanto recelo – Estamos cerca de encontrarla Maeve, sabes que Aria era precavida y poderosa, supo ocultarla bien.
- Los guardianes han estado hablando, ellos no creen que ella sea real, si lo fuera ya la hubiéramos sentido.
- Deja que nosotros nos ocupemos de eso Mae, solo necesito que nos proporciones todo lo que sepas respecto a los cambiantes que merodean por aquí.
- No vienen de paseo ¿Cierto? – Maeve rio sin ganas y bajo la mirada, esto le afectaba probablemente solo por las hadas.
- No, creemos que buscan lo mismo que nosotros, tenemos que ir delante de ellos – ella miro a Lana y asintió suavemente.
- Esta bien, le daremos a Lana un permiso y protección para que merodee por el bosque en busca de cualquier cosa – No esperaba eso, Lana abrió sus ojos enormemente y sonrió, estaba emocionada – Me quedo más tranquila si sé que hay alguien cuidando de ella, Nolan si me necesitabas informantes pudiste habérmelo pedido.
- Lo sé Mae, pero pedir verte era enterar a todo mundo.
- Lana, vuelve a casa, yo me quedare con Nolan – Dijo Maeve, no me agradaba la idea pero escucharla era lo mínimo que podía hacer dado que estaba ayudándome ahora. Lana asintió y corrió por todo el bosque canturreando, era una pequeña agradable. Cuando la perdimos de vista Maeve puso gesto serio y comenzó a retorcer su vestido de seda en sus manos.


- Nolan hay algo que necesitas saber.



La heredera: Capitulo 6

Amigos

Estaba dormida tan cómodamente que me llevo un gran esfuerzo despertar cuando mi celular comenzó a sonar, con un ojo entreabierto estire la mano y toque por toda la mesa de noche esperando dar con él.
- ¿Dónde diablos estás? – Dije aun dormida, como si esperara que el celular fuera a pararse y decir ¡Oh aquí estoy Eyre! , algo se cayó al suelo pero no me importo, encontré por fin mi celular y vi que era una llamada de mi madre, conteste.
- Cariño, ¿Dónde estás? – fue lo primero que me dijo.
- En casa, ¿Qué sucede? – mi voz sonaba como la de un fumador de 60 años, que horror.
- ¿Estás sola?, ¿Están las chicas contigo? – sonaba preocupada, eso me hizo despertar por completo.
- Sí, ellas están aquí – mi madre dio un suspiro aliviado – ¿Qué pasa mamá?
- ¿Cerraste tú ventana como todas las noches?
- Uhm…sí ¿Por qué? – Ella no respondió – ¿Mamá? Estas asustándome.
- No pasa nada cariño, tuve una pesadilla, solo…quería asegurarme que estabas bien.
- ¿vendrás a casa por mi cumpleaños? – pregunte tratando de desviar el hecho de que me había despertado por una pesadilla.
- ¿No se supone que iremos a Disneyland? – cierto, no le había contado a mi madre el cambio de planes, cada año desde que cumplí 18 salimos a hacer algún tipo de actividad, siempre quise ir a Disneyland pero no teníamos tanto dinero para viajar hasta allí, el año pasado comenzamos a ahorrar en una cuenta de banco y por fin habíamos juntado lo suficiente pero ahora yo quería pasar mi cumpleaños con  mis amigos, estaba por graduarme y era mi última oportunidad de hacer una gran fiesta de universitarios.
- Uhm... sí – no sabía cómo decirle esto – mamá creo que tendremos que posponerlo – ¿Cómo le  dices a tu mamá que no pasarás tu cumpleaños con ella?
- ¿Qué sucede cariño? Llevamos años planeándolo.
- Sí pero ya sabes, estoy por graduarme y quiero festejar con mis amigos esta vez – solté, era mejor decirlo de una vez – Katlyn y Bree comenzaron ya los preparativos, son mis mejores amigas y las quiero mucho y bueno, nunca he pasado un cumpleaños con ellas, creo que es justo – Listo, no había  vuelta atrás, si iba armarse la tercera guerra mundial con mi madre por esto era mejor ahora, espere una respuesta pero solo se quedó en silencio por unos minutos, creí que estaría molesta pero su respuesta me descoloco.
- ¿Quieres que vaya de todas maneras? – no pude identificar su reacción.
- ¡Claro que sí!, podemos comer juntas, te extraño muchísimo.
- Muy bien cariño, ¿A dónde irán las chicas y tú?
- Hay un antro buenísimo saliendo de la ciudad, es un poco rustico pero es precioso, Bree consiguió que nos lo rentaran esa noche.
- ¿Saliendo de la ciudad? , Es demasiado peligroso, no creo que sea buena idea.
- No está lejos mamá, ahí una estación de bomberos a 20 minutos.
- Estaré ahí el día de tu cumpleaños y veremos, prométeme que te cuidarás mientras tanto ¿está bien? – sonaba exasperada.
- Sí mami, te amo – no dijo nada en respuesta, colgó.

Nolan

- ¡Hey! – Grite corriendo por el estacionamiento del campus - Hola, ¿Cómo te sientes hoy? – la chica estaba mirándome con duda.
- Bien, ¿Debería sentirme mal? – dijo mientras cambiaba su peso de un pie a otro.
- No, solo quería saber si estabas recuperándote bien de tu desmayo de ayer – reconocimiento cubrió su cara.
- ¡Oh claro!, estoy muy bien ahora, gracias – volteo a su alrededor como buscando a alguien – Bree debería estar aquí en cualquier momento.
- ¿Iras a algún lugar importante con ella? – no entendía porque su comentario.
- No, pero supongo que me hablaste con la intención de saber de ella – dijo con un aire triunfal.
- ¿Qué? Claro que no, solo quería saber cómo estabas – me miró fijamente.
- Bueno gracias por tu preocupación Noah, espero que te sientas mejor tú también.
- Lo hago gracias – hice una pausa -  me temo que no se tu nombre – era verdad y necesitaba saberlo no solo porque no supiera como referirme a ella más que como “la chica de la cafetería”.
- ¿Por qué necesitas saber mi nombre? – pregunto demasiado seria para mi sorpresa.
- En realidad no lo necesito, puedo llamarte “desmayada” si prefieres – dije mientras señalaba las comillas con mis manos.
- Podrías referirte a mí como la amiga de Katlyn también – dijo con una media sonrisa, no estaba enfadada después de todo.
- Sin nombre – ella volteo a verme - serás la chica sin nombre – se rio en voz alta, una risa dulce y llena de alegría pura.
- Soy Eyre – dijo y extendió su mano para un saludo formal.
- Un placer Eyre – dije tomando su mano y depositando un beso en el dorso de ella -  Soy Noah, pero eso ya lo sabes –un lento y tenue rubor se estableció en sus mejillas, el sol resaltaba los tonos cobrizos y dorados de su cabello y su sonrisa iluminaba todo su rostro -  Eres preciosa –dije sin pensar y ella alejo su mano de la mía ¿Por qué dije eso?
- ¿Qué pretendes? – pregunto.
- Nada, fue un simple cumplido, apuesto a que los escuchas mucho -  me enderece y trate de parecer casual.
- Pues –dudo – en realidad no – dijo lastimosamente, le costaba aceptarlo.
- Entonces los chicos aquí están ciegos – ella se rio sin ganas.
- Es difícil recibir halagos cuando vives con Bree y Katlyn cerca todo el tiempo – ladee mi cabeza con duda ¿Por qué era difícil? Bree y Katlyn eran atractivas sí, pero Eyre era preciosa, tenía carácter, tenía belleza y su alma era pura y noble.
-No lo entiendes ¿cierto? – Sin darme tiempo a responder continuo – Claro, ¿Por qué lo harías?, eres atractivo y las chicas te miran constantemente, no sabes lo que es pasar desapercibido, siendo opacado por alguien con belleza superior – dijo casi molesta.
- ¿Piensas que soy atractivo? – levante una ceja y le sonreí.
- No, me refería a que las chicas piensan que lo eres, ¿Has notado como te miran? – mire  a mi alrededor, una mata de cabello rojo llamo mi atención, Brianna - ¿Vas a decir algo? – dijo levantando una ceja.
- Yo creo que eres preciosa, cualquiera que no lo note es porque eres demasiado superior para sus expectativas y mentes pequeñas – y era verdad, ella era bella como una tarde de otoño y vibrante como el campo durante la primavera, hermosa, natural, exótica y llena de vida. Ella era un trago de vida, siempre lo había sido.
- Wow – dijo mirándome – gracias, supongo – abrí la boca para comentar algo más cuando Shirley llego saltando hacia nosotros luciendo extrañamente feliz.
- Hola hermanito – saludo – Hola Eyre ¿Te encuentras mejor hoy?  Noah me dijo lo que sucedió ayer – su cara de preocupación no pudo haber sido más falsa.
- Estoy súper bien hoy Shirley, gracias – dijo sin despegar sus ojos de mi lo que a Shirley no le pasó desapercibido.
- ¿Interrumpo algo? – Eyre aparto su vista para mirar a Shirley y negó con la cabeza – Bien, entonces deberíamos ir a clases Eyre – Shirley la tomo de la mano y camino rumbo al edificio, iba a seguirlas cuando una visión fugaz de Lana invadió mi mente, esperaba que tuviera algo realmente bueno que aportar, estábamos a contratiempo así que subí a mi auto y conduje hacia el lago.

Eyre


Shirley era más veloz de lo que parecía, me llevo prácticamente corriendo por todo el edificio hasta el aula del Sr. Doyle, tomamos asiento una al lado de la otra y observe el aula, estaba prácticamente vacía y faltaban 5 minutos para la clase.
- ¿Dónde están todos? – pregunte a Shirley.
- No tengo idea, quizá hay mucho tráfico – dijo con un encogimiento de hombros. Un celular vibro  en el fondo del salón.
- El sr. Doyle acaba de mandarme un mensaje – dijo Becca quien era prácticamente la secretaria del Sr. Doyle desde que ella se dedicó a alabar su labor como maestro todo el semestre pasado – dice que no podrá llegar a clase debido a que un alumno tuvo un accidente.
- ¿Qué clase de accidente? – pregunto Shirley luciendo molesta.
- Se aventó de la terraza del segundo piso – respondió Becca, se veía realmente afectada por la noticia y Becca pocas veces mostraba lo que sentía, generalmente era una engreída, grosera, presumida y odiosa cabeza hueca.
 - ¿Le sucedió algo grave? – pregunto alguien del grupo.
- No, solo tiene un brazo roto, corrió con mucha suerte – respondió levantándose de su lugar y salió casi corriendo.
Shirley y yo salimos del aula y caminamos sin rumbo, ella se veía seria todavía, se veía enfadada y aunque temía preguntar necesitaba saber si se encontraba bien.
- ¿Ocurre algo Shirley? – ella me miro y sacudió su cabeza pero no dijo nada – ¿En qué piensas?
- Me resulta increíble que alguien pueda solo tirarse de un segundo piso, los humanos no valoran la corta vida que se les da.
- No, los humanos muchas veces tenemos problemas que tememos afrontar, algunos simplemente son más cobardes que otros – respondí, llamo mi atención la forma en que dijo la palabra humanos, casi con repudio.
- Necesitan aprender a vivir – sacudió su cabeza nuevamente y se detuvo – debo hacer algunas cosas Eyre, te veré en la cafetería.
Así que estaba sola, Shirley corrió todo el pasillo hasta perderse, no entendía que le pasaba, quizá tuvo algún amigo o familiar que se suicidó y por eso estaba tan afectada, camine hasta la cafetería, como era de esperarse no había nadie, cada que pasaba algo inusual todo mundo se reunía en el campo de entrenamiento a compartir información al respecto, camine hasta la registradora y pedí una soda de dieta a la señora Montellano, era una mujer gorda que cuidaba muy poco su imagen pero era buena y amable con todos, sin contar el hecho de que hacia el mejor pay de limón de todo el estado.
- ¿Sabes que esa cosa de dietética no tiene nada verdad? – Dijo alguien a mis espaldas, tristemente pude reconocerlo sin tener que voltear.
- ¿Debería de importarme? – dije sin voltear a verlo.
- Sí, estás metiendo un montón de azúcar y sustancias toxicas a tu cuerpo, no creo que sea bueno a menos que seas un duende o algo así.
- ¿Por qué a un duende le gustaría el refresco? - ¿De verdad me estaba hablando de duendes? Solo faltaba que dijera que su película favorita era blanca nieves.
-Les gustan las cosas dulces pero tienes razón, no les gustaría el refresco y menos “dietético” – marco las comillas en el aire con sus dedos” - es azúcar química.
- Bueno, gracias por la clase de nutrición, puedes irte ya – dije pagándole a la señora de la cafetería quien me dedico una media sonrisa y una sonrisa completa y enorme a Aidan.
- No te enojes Eyre, me preocupa que tomes esas cosas pero si te molesta está bien, ya no lo haré – voltee a verlo, estaba impresionante sí, no podía negarlo pero aún me molestaba tenerlo cerca, la vergüenza por la forma en que nos conocimos podía conmigo – hagamos las pases ¿Sí? – dijo haciendo un puchero, era una vista divertida y sonreí inevitablemente.
- ¿Pucheros Aidan? No pensé que fueras de esos – sonrió en respuesta, tenía una sonrisa agradable, le sentaba bien lo hacía lucir aún más atractivo si eso era posible.
- A veces es necesario jugar sucio – se encogió de hombros y menee mi cabeza con desaprobación, no iba a caer tan fácil.
- Vamos Eyre, seamos amigos, no tenemos por qué pelear siempre que nos vemos.
- Nos hemos visto como uhm  - conté con mis dedos – 3 veces – dije haciendo un mohín.
- y las 3 veces hemos discutido por algo sin sentido, no seas cabezota, hagamos las paces – junto sus manos a modo de súplica y me miro como lo haría el gato de shrek probablemente.
- Este bien –dije al final ¿Cómo podría oponerme a un hombre increíblemente apuesto haciendo pucheros? Llámenme enferma pero me resultaba tierno. – Pero si haces algo que no me parezca volveré a odiarte – Aidan puso una expresión de dolor y volteo su mirada a un punto muerto.
- ¿Me odias? – pregunto aun sin mirarme.
- Yo…no, en realidad no te odio, solo eres demasiado desagradable en ocasiones – le dije y en realidad era verdad, no lo odiaba pero su actitud me resultaba incomoda en momentos.
- No hemos tenido suficiente oportunidad de conocernos – me miro y continuo – vayamos a comer mañana a esa cafetería donde te vi la primera vez – imposible, pensé, no podía dejar que Meghan me viera llegar con él.
- Almorcemos juntos mejor – no era una pregunta – si no nos asesinamos en el almuerzo reprogramamos la comida.
- De acuerdo, pero almorzaremos solos tu y yo, sin tus amigas – acepte, no era un riesgo, de igual manera Bree estaba demasiado ocupada planeando mi fiesta de cumpleaños y Katlyn estaba yendo a entrevistas de trabajo.
Aidan hizo una pequeña reverencia y se fue,  quizá esta no fuese la peor idea, Aidan era agradable y eso era sorprendente porque resultaba ser justo lo opuesto que sus hermanos, inclusive de su gemelo era muy diferente.
Kieran Garnett era tan encantador como cualquier chico que pretende quedar bien pero no tenía la personalidad simple y dulce que Aidan dejaba salir sutilmente.

Amigos, no lo hubiera pensando bajo ninguna circunstancia la primera vez que lo vi.