15.8.16

La heredera: Capitulo 6

Amigos

Estaba dormida tan cómodamente que me llevo un gran esfuerzo despertar cuando mi celular comenzó a sonar, con un ojo entreabierto estire la mano y toque por toda la mesa de noche esperando dar con él.
- ¿Dónde diablos estás? – Dije aun dormida, como si esperara que el celular fuera a pararse y decir ¡Oh aquí estoy Eyre! , algo se cayó al suelo pero no me importo, encontré por fin mi celular y vi que era una llamada de mi madre, conteste.
- Cariño, ¿Dónde estás? – fue lo primero que me dijo.
- En casa, ¿Qué sucede? – mi voz sonaba como la de un fumador de 60 años, que horror.
- ¿Estás sola?, ¿Están las chicas contigo? – sonaba preocupada, eso me hizo despertar por completo.
- Sí, ellas están aquí – mi madre dio un suspiro aliviado – ¿Qué pasa mamá?
- ¿Cerraste tú ventana como todas las noches?
- Uhm…sí ¿Por qué? – Ella no respondió – ¿Mamá? Estas asustándome.
- No pasa nada cariño, tuve una pesadilla, solo…quería asegurarme que estabas bien.
- ¿vendrás a casa por mi cumpleaños? – pregunte tratando de desviar el hecho de que me había despertado por una pesadilla.
- ¿No se supone que iremos a Disneyland? – cierto, no le había contado a mi madre el cambio de planes, cada año desde que cumplí 18 salimos a hacer algún tipo de actividad, siempre quise ir a Disneyland pero no teníamos tanto dinero para viajar hasta allí, el año pasado comenzamos a ahorrar en una cuenta de banco y por fin habíamos juntado lo suficiente pero ahora yo quería pasar mi cumpleaños con  mis amigos, estaba por graduarme y era mi última oportunidad de hacer una gran fiesta de universitarios.
- Uhm... sí – no sabía cómo decirle esto – mamá creo que tendremos que posponerlo – ¿Cómo le  dices a tu mamá que no pasarás tu cumpleaños con ella?
- ¿Qué sucede cariño? Llevamos años planeándolo.
- Sí pero ya sabes, estoy por graduarme y quiero festejar con mis amigos esta vez – solté, era mejor decirlo de una vez – Katlyn y Bree comenzaron ya los preparativos, son mis mejores amigas y las quiero mucho y bueno, nunca he pasado un cumpleaños con ellas, creo que es justo – Listo, no había  vuelta atrás, si iba armarse la tercera guerra mundial con mi madre por esto era mejor ahora, espere una respuesta pero solo se quedó en silencio por unos minutos, creí que estaría molesta pero su respuesta me descoloco.
- ¿Quieres que vaya de todas maneras? – no pude identificar su reacción.
- ¡Claro que sí!, podemos comer juntas, te extraño muchísimo.
- Muy bien cariño, ¿A dónde irán las chicas y tú?
- Hay un antro buenísimo saliendo de la ciudad, es un poco rustico pero es precioso, Bree consiguió que nos lo rentaran esa noche.
- ¿Saliendo de la ciudad? , Es demasiado peligroso, no creo que sea buena idea.
- No está lejos mamá, ahí una estación de bomberos a 20 minutos.
- Estaré ahí el día de tu cumpleaños y veremos, prométeme que te cuidarás mientras tanto ¿está bien? – sonaba exasperada.
- Sí mami, te amo – no dijo nada en respuesta, colgó.

Nolan

- ¡Hey! – Grite corriendo por el estacionamiento del campus - Hola, ¿Cómo te sientes hoy? – la chica estaba mirándome con duda.
- Bien, ¿Debería sentirme mal? – dijo mientras cambiaba su peso de un pie a otro.
- No, solo quería saber si estabas recuperándote bien de tu desmayo de ayer – reconocimiento cubrió su cara.
- ¡Oh claro!, estoy muy bien ahora, gracias – volteo a su alrededor como buscando a alguien – Bree debería estar aquí en cualquier momento.
- ¿Iras a algún lugar importante con ella? – no entendía porque su comentario.
- No, pero supongo que me hablaste con la intención de saber de ella – dijo con un aire triunfal.
- ¿Qué? Claro que no, solo quería saber cómo estabas – me miró fijamente.
- Bueno gracias por tu preocupación Noah, espero que te sientas mejor tú también.
- Lo hago gracias – hice una pausa -  me temo que no se tu nombre – era verdad y necesitaba saberlo no solo porque no supiera como referirme a ella más que como “la chica de la cafetería”.
- ¿Por qué necesitas saber mi nombre? – pregunto demasiado seria para mi sorpresa.
- En realidad no lo necesito, puedo llamarte “desmayada” si prefieres – dije mientras señalaba las comillas con mis manos.
- Podrías referirte a mí como la amiga de Katlyn también – dijo con una media sonrisa, no estaba enfadada después de todo.
- Sin nombre – ella volteo a verme - serás la chica sin nombre – se rio en voz alta, una risa dulce y llena de alegría pura.
- Soy Eyre – dijo y extendió su mano para un saludo formal.
- Un placer Eyre – dije tomando su mano y depositando un beso en el dorso de ella -  Soy Noah, pero eso ya lo sabes –un lento y tenue rubor se estableció en sus mejillas, el sol resaltaba los tonos cobrizos y dorados de su cabello y su sonrisa iluminaba todo su rostro -  Eres preciosa –dije sin pensar y ella alejo su mano de la mía ¿Por qué dije eso?
- ¿Qué pretendes? – pregunto.
- Nada, fue un simple cumplido, apuesto a que los escuchas mucho -  me enderece y trate de parecer casual.
- Pues –dudo – en realidad no – dijo lastimosamente, le costaba aceptarlo.
- Entonces los chicos aquí están ciegos – ella se rio sin ganas.
- Es difícil recibir halagos cuando vives con Bree y Katlyn cerca todo el tiempo – ladee mi cabeza con duda ¿Por qué era difícil? Bree y Katlyn eran atractivas sí, pero Eyre era preciosa, tenía carácter, tenía belleza y su alma era pura y noble.
-No lo entiendes ¿cierto? – Sin darme tiempo a responder continuo – Claro, ¿Por qué lo harías?, eres atractivo y las chicas te miran constantemente, no sabes lo que es pasar desapercibido, siendo opacado por alguien con belleza superior – dijo casi molesta.
- ¿Piensas que soy atractivo? – levante una ceja y le sonreí.
- No, me refería a que las chicas piensan que lo eres, ¿Has notado como te miran? – mire  a mi alrededor, una mata de cabello rojo llamo mi atención, Brianna - ¿Vas a decir algo? – dijo levantando una ceja.
- Yo creo que eres preciosa, cualquiera que no lo note es porque eres demasiado superior para sus expectativas y mentes pequeñas – y era verdad, ella era bella como una tarde de otoño y vibrante como el campo durante la primavera, hermosa, natural, exótica y llena de vida. Ella era un trago de vida, siempre lo había sido.
- Wow – dijo mirándome – gracias, supongo – abrí la boca para comentar algo más cuando Shirley llego saltando hacia nosotros luciendo extrañamente feliz.
- Hola hermanito – saludo – Hola Eyre ¿Te encuentras mejor hoy?  Noah me dijo lo que sucedió ayer – su cara de preocupación no pudo haber sido más falsa.
- Estoy súper bien hoy Shirley, gracias – dijo sin despegar sus ojos de mi lo que a Shirley no le pasó desapercibido.
- ¿Interrumpo algo? – Eyre aparto su vista para mirar a Shirley y negó con la cabeza – Bien, entonces deberíamos ir a clases Eyre – Shirley la tomo de la mano y camino rumbo al edificio, iba a seguirlas cuando una visión fugaz de Lana invadió mi mente, esperaba que tuviera algo realmente bueno que aportar, estábamos a contratiempo así que subí a mi auto y conduje hacia el lago.

Eyre


Shirley era más veloz de lo que parecía, me llevo prácticamente corriendo por todo el edificio hasta el aula del Sr. Doyle, tomamos asiento una al lado de la otra y observe el aula, estaba prácticamente vacía y faltaban 5 minutos para la clase.
- ¿Dónde están todos? – pregunte a Shirley.
- No tengo idea, quizá hay mucho tráfico – dijo con un encogimiento de hombros. Un celular vibro  en el fondo del salón.
- El sr. Doyle acaba de mandarme un mensaje – dijo Becca quien era prácticamente la secretaria del Sr. Doyle desde que ella se dedicó a alabar su labor como maestro todo el semestre pasado – dice que no podrá llegar a clase debido a que un alumno tuvo un accidente.
- ¿Qué clase de accidente? – pregunto Shirley luciendo molesta.
- Se aventó de la terraza del segundo piso – respondió Becca, se veía realmente afectada por la noticia y Becca pocas veces mostraba lo que sentía, generalmente era una engreída, grosera, presumida y odiosa cabeza hueca.
 - ¿Le sucedió algo grave? – pregunto alguien del grupo.
- No, solo tiene un brazo roto, corrió con mucha suerte – respondió levantándose de su lugar y salió casi corriendo.
Shirley y yo salimos del aula y caminamos sin rumbo, ella se veía seria todavía, se veía enfadada y aunque temía preguntar necesitaba saber si se encontraba bien.
- ¿Ocurre algo Shirley? – ella me miro y sacudió su cabeza pero no dijo nada – ¿En qué piensas?
- Me resulta increíble que alguien pueda solo tirarse de un segundo piso, los humanos no valoran la corta vida que se les da.
- No, los humanos muchas veces tenemos problemas que tememos afrontar, algunos simplemente son más cobardes que otros – respondí, llamo mi atención la forma en que dijo la palabra humanos, casi con repudio.
- Necesitan aprender a vivir – sacudió su cabeza nuevamente y se detuvo – debo hacer algunas cosas Eyre, te veré en la cafetería.
Así que estaba sola, Shirley corrió todo el pasillo hasta perderse, no entendía que le pasaba, quizá tuvo algún amigo o familiar que se suicidó y por eso estaba tan afectada, camine hasta la cafetería, como era de esperarse no había nadie, cada que pasaba algo inusual todo mundo se reunía en el campo de entrenamiento a compartir información al respecto, camine hasta la registradora y pedí una soda de dieta a la señora Montellano, era una mujer gorda que cuidaba muy poco su imagen pero era buena y amable con todos, sin contar el hecho de que hacia el mejor pay de limón de todo el estado.
- ¿Sabes que esa cosa de dietética no tiene nada verdad? – Dijo alguien a mis espaldas, tristemente pude reconocerlo sin tener que voltear.
- ¿Debería de importarme? – dije sin voltear a verlo.
- Sí, estás metiendo un montón de azúcar y sustancias toxicas a tu cuerpo, no creo que sea bueno a menos que seas un duende o algo así.
- ¿Por qué a un duende le gustaría el refresco? - ¿De verdad me estaba hablando de duendes? Solo faltaba que dijera que su película favorita era blanca nieves.
-Les gustan las cosas dulces pero tienes razón, no les gustaría el refresco y menos “dietético” – marco las comillas en el aire con sus dedos” - es azúcar química.
- Bueno, gracias por la clase de nutrición, puedes irte ya – dije pagándole a la señora de la cafetería quien me dedico una media sonrisa y una sonrisa completa y enorme a Aidan.
- No te enojes Eyre, me preocupa que tomes esas cosas pero si te molesta está bien, ya no lo haré – voltee a verlo, estaba impresionante sí, no podía negarlo pero aún me molestaba tenerlo cerca, la vergüenza por la forma en que nos conocimos podía conmigo – hagamos las pases ¿Sí? – dijo haciendo un puchero, era una vista divertida y sonreí inevitablemente.
- ¿Pucheros Aidan? No pensé que fueras de esos – sonrió en respuesta, tenía una sonrisa agradable, le sentaba bien lo hacía lucir aún más atractivo si eso era posible.
- A veces es necesario jugar sucio – se encogió de hombros y menee mi cabeza con desaprobación, no iba a caer tan fácil.
- Vamos Eyre, seamos amigos, no tenemos por qué pelear siempre que nos vemos.
- Nos hemos visto como uhm  - conté con mis dedos – 3 veces – dije haciendo un mohín.
- y las 3 veces hemos discutido por algo sin sentido, no seas cabezota, hagamos las paces – junto sus manos a modo de súplica y me miro como lo haría el gato de shrek probablemente.
- Este bien –dije al final ¿Cómo podría oponerme a un hombre increíblemente apuesto haciendo pucheros? Llámenme enferma pero me resultaba tierno. – Pero si haces algo que no me parezca volveré a odiarte – Aidan puso una expresión de dolor y volteo su mirada a un punto muerto.
- ¿Me odias? – pregunto aun sin mirarme.
- Yo…no, en realidad no te odio, solo eres demasiado desagradable en ocasiones – le dije y en realidad era verdad, no lo odiaba pero su actitud me resultaba incomoda en momentos.
- No hemos tenido suficiente oportunidad de conocernos – me miro y continuo – vayamos a comer mañana a esa cafetería donde te vi la primera vez – imposible, pensé, no podía dejar que Meghan me viera llegar con él.
- Almorcemos juntos mejor – no era una pregunta – si no nos asesinamos en el almuerzo reprogramamos la comida.
- De acuerdo, pero almorzaremos solos tu y yo, sin tus amigas – acepte, no era un riesgo, de igual manera Bree estaba demasiado ocupada planeando mi fiesta de cumpleaños y Katlyn estaba yendo a entrevistas de trabajo.
Aidan hizo una pequeña reverencia y se fue,  quizá esta no fuese la peor idea, Aidan era agradable y eso era sorprendente porque resultaba ser justo lo opuesto que sus hermanos, inclusive de su gemelo era muy diferente.
Kieran Garnett era tan encantador como cualquier chico que pretende quedar bien pero no tenía la personalidad simple y dulce que Aidan dejaba salir sutilmente.

Amigos, no lo hubiera pensando bajo ninguna circunstancia la primera vez que lo vi.

0 comentarios:

Post a Comment

Cuéntame ¿Qué te pareció?