15.8.16

La heredera: Capitulo 7

Rumores de hadas

Nolan

- ¿Lana? – llame a la pequeña hada de agua por octava vez, llegue tan pronto como pude después de ver su llamado, no podía estar muy lejos, examine la orilla de lago y luego mire hacia arriba a los arboles tratando de encontrarla, no había ningún atisbo de brillo merodeando por allí.
- Lana soy Nolan, ¿Estás bien? – repetí, llevaba 10 minutos llamándola ¿Dónde se había metido? – Te traje caramelos – sabía que le había prometido fresas pero tenía tanta prisa por llegar aquí que no pude pasar a buscarlas, todo lo que tenía a la mano eran caramelos y  goma de mascar.
- Vamos Lana, ¿Dónde estás? – Un movimiento detrás de un arbusto llamo mi atención, trate de acercarme lentamente, si no era Lana no quería molestar a lo que sea que estuviera ahí, acerque mi mano lentamente para mover la hierba cuando una voz me sobresalto.
- A los conejos no les gusta que los molesten – dijo – se asustan fácilmente y su corazón corre deprisa.
Me giré para verla, aparentemente había encontrado los caramelos puesto que tenía varios dentro de su boca y las pequeñas manos llenas de dulce.
- ¿Estas bien? – pregunté y realmente me importaba saberlo, era pequeña, sus poderes aun no eran fuertes lo que significaba que estaba expuesta.
- Sí – dijo con gesto apenado – estaba aquí esperándote pero había un colibrí bebé herido, lo lleve con las hadas fauna para que lo curaran. – Las hadas vivían constantemente preocupadas por todo su entorno, ver a un animal herido era siempre trágico para ellas, las hadas fauna eran un grupo de hadas que pasaban su vida entre humanos aprendiendo técnicas para curar a los animales, ese conocimiento más un poco de magia hacia una gran diferencia para la conservación de las pocas especies que quedaban en el mundo humano.
- Entiendo, eso es un gesto muy amable Lana – la pequeña me miro sonriendo, el comentario le había agradado - ¿Tenias algo que contarme? – pregunté rogando por dentro que así fuera.
- Estaba recolectando semillas anoche – dijo mientras metía un caramelo a su boca – mamá me dijo que no me alejara mucho pero lo hice porque las mejores semillas están en el centro del bosque, cerca de un gran roble viejo – sus pequeños ojos inspeccionaban mi rostro en busca de una reacción de molestia posiblemente – cuando estaba allí vi a una mujer humana, se veía joven pero no tanto – dudo un segundo – posiblemente se viera como mi tía Bella cuando toma su forma humana – yo no tenía idea de cómo lucia su tía Bella pero asentí para que continuará – ella tenía una vibración muy muy alta pero mamá siempre dice que hay humanos que pueden tenerla así que lo ignore, de rato llego un chico, se veía como tú pero sus ojos no eran como las hojas de los árboles, él la llamo mamá y se abrazaron por mucho tiempo.
- ¿Ellos dijeron algo? – pregunte sentándome en el suelo, ella imito mi acción y se sentó junto a mí.
- Él hablo de una chica, dijo que estaba feliz de poderse acercar a ella después de tanto tiempo pero que le preocupaba que sus hermanos la encontrarán, ella dijo que debía decidir algo pero pude entender que era. – Lana me miro expectante, quería que yo le aclarara las cosas pero no podía hacerlo porque ni siquiera sabía lo que ocurría, no esperaba esta clase de información ni sabía con certeza quienes eran, aunque tenía una sospecha no me quería adelantar.
- ¿Sabes algo más Lana?, cualquier cosa que hayas escuchado me ayudará mucho.
- Escuche a los gnomos hablar de que los hijos del oscuro estaban en el mundo mortal y que vieron a una chica…Diana…viana…
- Brianna – ella asintió frenéticamente.
- Ese era su nombre, la vieron a ella haciendo tratos con mestizos que han abandonado el otro mundo.
- ¿Sabes para qué?
- Ellos dicen que quiere usar el poder de sentir energía de los mestizos para encontrar a la heredera ya que ellos solo pueden olfatear y no han logrado dar con ella por eso – Con mestizos de su lado era cuestión de tiempo para que dieran con la chica, no sería inmediato puesto que el ultimo mestizo que abandono el otro mundo se fue hace 50 años, estaban fuera de practica por así decirlo pero el día del cumpleaños de la heredera su energía vibraría tan alto que no podría pasarles desapercibido.
- Ellos no encontrarán a la heredera ¿verdad? – preguntó Lana viéndose tan triste como un niño cuando descubre que Santa Claus no existe.
- Me encargaré de que no lo hagan –dije revolviendo su cabello – mantendré a salvo a la heredera, lo prometo – su rostro se ilumino al instante y sonrió enormemente.
- Tú sabes donde esta – declaro confiada aun con una gran sonrisa en su regordeta cara.
- ¿Por qué dices eso? – no iba a negarlo, necesitaba mantener la fe en ella para que me siguiera ayudando, así funcionaba esto con las hadas, todo en su mundo, hasta su existencia misma, era cuestión de fe.
- Dijiste que la mantendrás a salvo, no hubieras dicho si no supieras donde está.
- Puede ser – le confié – pero necesito que esto sea nuestro secreto, no queremos alertar a los malos de que dimos con ella ¿cierto?
- No, te prometo – dijo poniendo su mano el alto, lista para hacer un juramento – que no le diré a nadie nuestro secreto, ni siquiera a mamá.
Resultaba un poco obvio que la pequeña estaba emocionada, ser parte de algo importante siempre era emocionante para las hadas, sobre todo para las más jóvenes, con la edad tendían a hartarse y preferían vivir solitariamente realizando las labores que nacieron destinadas a hacer, aun así era demasiado joven e iba a mantenerla alejada del peligro que implicaba esta búsqueda, mientras pudiera solo mantenerla como informante estaba a salvo.
- Mantenme al tanto de cualquier cosa ¿Está bien? – ella asintió conforme –si vuelves a ver a las personas que viste anoche presta atención a lo que dicen y cuéntamelo todo, no tengo idea de que pueda ocurrir con ellos.
- Él no era persona – dijo de repente – es decir, no era humano, podía sentirlo.
- ¿Qué era entonces? – esperaba que ella hubiera podido identificarlo.
- Un cambiante – respondió otra voz a lo lejos, una mujer joven venia caminando hacia nosotros, usaba un brillante vestido verde hasta sus delgadas rodillas y su cabello estaba perfectamente peinado en una sola trenza, no la conocía pero Lana sí, corrió hasta ella y la abrazo fuertemente, me acerque a ellas, no entendí nada hasta que estuve lo suficientemente cerca para ver la insignia que llevaba marcada en su muñeca. Era la guardiana del boque,
- Maeve, que gusto verte, ha pasado un tiempo – salude.
- Hola Nolan – dijo simplemente.
Lana miro entre ella y yo con sus pequeñas cejas juntas. - ¿Se conocen? – pregunto finalmente.
- Sí Lana, Nolan y yo somos viejos amigos – eso era una verdad a medias, Maeve había sido mi novia años atrás hasta que decidió dejarme por otro mestizo, pese a todo habíamos llevado una relación pacifica cuando ella decidió mudarse a América.
- ¿Cómo sabes que era un cambiante? – pregunte desviando el tema, no estaba particularmente interesado en una conversación casual en estos momentos.
- Porque lo he visto correr por este bosque desde hace días, soy la guardiana, nada pasa en mi bosque sin que yo lo sepa. 
- ¿Sabes porque estamos aquí? – estaba casi completamente seguro de que lo sabía pero necesitaba que se sintiera incluida o podría quitarme a única fuente de información en el bosque, Lana.
- Si me pides mi opinión la heredera está lejos de existir a estas alturas – dijo en un tono condescendiente.
- Es una fortuna que no te la haya pedido – Maeve me dedico una mirada molesta pero ciertamente no lograba entender a que se debía tanto recelo – Estamos cerca de encontrarla Maeve, sabes que Aria era precavida y poderosa, supo ocultarla bien.
- Los guardianes han estado hablando, ellos no creen que ella sea real, si lo fuera ya la hubiéramos sentido.
- Deja que nosotros nos ocupemos de eso Mae, solo necesito que nos proporciones todo lo que sepas respecto a los cambiantes que merodean por aquí.
- No vienen de paseo ¿Cierto? – Maeve rio sin ganas y bajo la mirada, esto le afectaba probablemente solo por las hadas.
- No, creemos que buscan lo mismo que nosotros, tenemos que ir delante de ellos – ella miro a Lana y asintió suavemente.
- Esta bien, le daremos a Lana un permiso y protección para que merodee por el bosque en busca de cualquier cosa – No esperaba eso, Lana abrió sus ojos enormemente y sonrió, estaba emocionada – Me quedo más tranquila si sé que hay alguien cuidando de ella, Nolan si me necesitabas informantes pudiste habérmelo pedido.
- Lo sé Mae, pero pedir verte era enterar a todo mundo.
- Lana, vuelve a casa, yo me quedare con Nolan – Dijo Maeve, no me agradaba la idea pero escucharla era lo mínimo que podía hacer dado que estaba ayudándome ahora. Lana asintió y corrió por todo el bosque canturreando, era una pequeña agradable. Cuando la perdimos de vista Maeve puso gesto serio y comenzó a retorcer su vestido de seda en sus manos.


- Nolan hay algo que necesitas saber.



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