<< Cuéntame la historia de
cómo el sol amaba tanto a la luna que moría cada noche para dejarla respirar
>>
Hace días vi en Pinterest una imagen y recordé una preciosa
historia, una historia que a mí me encanta, que leí cuando era niña y desde
entonces es una de mis favoritas, por ello vengo a compartírselas.
Cuenta la historia que cuando el SOL y la LUNA se miraron por primera vez, se
enamoraron perdidamente y comenzaron a vivir un gran amor.
El mundo aun no existía y el día que
Dios decidió crearlo, le dio un toque final… ¡La luz!
Dios al ver la tristeza de ambos por
este hecho les dijo: “No se pongan tristes, porque de ahora en adelante los dos
tendrán luz propia, Tú, LUNA, vas
brillar en la noche, serás la inspiración de los enamorados y la
protagonista de los más bellos poemas de amor, y tú, SOL, iluminarás la tierra
durante el día, darás calor al ser humano, y cuando tú aparezcas en el
firmamento sentirán alegría, tú simple presencia los hará más felices."
A pesar de esto, a ellos les invadió
una gran tristeza cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían…La LUNA quedó desolada y lloró en
silencio.
El SOL al verla sufrir tanto, le hizo
un pedido especial a su creador: “Señor, ayuda a la LUNA por favor, mi amada es
más frágil que yo y no soportará la soledad”, y Dios en su inmensa bondad envió
miles de estrellas para que la acompañaran.
Cuando la LUNA está muy triste recurre
a las estrellas, quienes hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo
consiguen. Hoy ambos viven así, separados, el SOL finge que es feliz y la LUNA
disimula su tristeza.
El SOL arde de pasión por la LUNA y
ella vive en las tinieblas de sus anhelos… LUNA y SOL siguen su destino. Él
solitario pero fuerte; ella acompañada de estrellas pero débil.
Los hombres intentan constantemente
conquistarla, como si eso fuera posible. Algunos han ido incluso hasta ella,
pero han vuelto siempre solos. Nadie realmente consiguió conquistarla, por más
que lo intentaron.
Un día, Dios decidió que ningún amor
del mundo fuera imposible, entonces creó el ECLIPSE.
Hoy el SOL y la LUNA viven esperando
esos maravillosos instantes, esos raros momentos que les fueron concedidos para
que puedan amarse, pero que muchas veces tarda demasiado en suceder.
Cuando veas un ECLIPSE, en realidad no
es otra cosa que el SOL y la LUNA amándose…
En esos momentos de amor tan intenso es
aconsejable no mirarlos, porque su amor es tan, tan grande, que incluso a
nosotros, simples mortales nos podría dejar ciegos.
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