- Hola, me llamo Shirley, tengo 22 y vengo de un
pequeño pueblo en Irlanda – Dijo la pequeña chica parada en frente de la clase, lucia
extrañamente feliz para ser una chica que acaba de mudarse y tendría que
terminar la universidad en un país diferente.
- Nos da mucho gusto tenerte aquí Shirley, esperamos
que disfrutes tu estancia y puedas hacer grandes amigos aquí – dijo el profesor
Doyle.
- Claro, muchas gracias Sr. Doyle– Shirley observaba todo el grupo como si estuviese tratando de reconocer algo, era un gesto sutil pero ahí estaba.
- Toma asiento Shirley – Dijo el Dr. Doyle y empezó a parlotear, observe a Shirley caminar tímidamente entre nosotros y sentarse al final del salón, pobrecilla, se veía tan inocente, estaba segura de que le costaría adaptarse así que cuando la clase término 2 horas más tarde fui a hablar con ella, la idea de pasar la hora del almuerzo sola no era nada atractiva y esperaba que a Lucy no le molestara que invitara a alguien a nuestra mesa.
- Hola Shirley – Salude alegremente – Me llamo Eyre y estaba preguntándome si te gustaría almorzar conmigo y con mis amigos hoy – Shirley se quedó pasmada mirándome, analizándome por unos segundos antes de mover su vista la puerta.
- Lo siento Eyre, creo que almorzare con mi hermano hoy – dijo haciendo un asentimiento a la puerta, pero cuando voltee no vi a nadie – De todas maneras, muchas gracias, me encantaría almorzar con ustedes alguna vez, te veré luego – comenzó a caminar en dirección a la puerta conmigo a sus espaldas.
- Esta bien, no hay problema, espero tengas un lindo día, sé que puede ser difícil ser nueva y todo eso
- ¿Lo sabes? – Se paró en seco haciéndome golpear ligeramente su espalda
- Uhm claro, me mude aquí cuando cumplí 18 – dije con cautela, mi respuesta pareció resultarle interesante porque me miraba con duda.
- ¿Por qué te mudaste? – pregunto finalmente, sonando más casual de lo que se veía.
- Por…la universidad supongo, pero perdí un año, mi mamá y yo nos fuimos de viaje a Canadá y cuando volví habían pasado las inscripciones – respondí cautelosamente, Shirley lo medito un poco, su repentino interés me causo escalofríos.
- Entiendo – Dijo – Bueno, un placer conocerte Eyre, te veré por ahí – Dio media vuelta y salió deprisa, esa definitivamente había sido una conversación extraña.
Iba llegando a nuestra mesa cuando Bree ya estaba
saltando sobre mí, hablándome sobre los increíblemente apuestos vecinos y su
muy molesta hermana, al parecer eran 3 hombres, no solo 2 – Eyre estas distraída ¿Qué sucede? – Pregunto Lucy,
obviamente me había perdido en mis pensamientos.
- Nada, quizá no dormí lo suficiente
- Y no lo harás, invite a nuestros nuevos vecinos a cenar – Dijo Bree como si acaba de anunciar que encontró un mapa del tesoro.
- ¿No se supone que odias a su hermana? – Pregunte esperando que el odio hacia esa chica fuera tan grande que cancelara la cena.
- Sí, afortunadamente ella y Tyrone estarán fuera el resto de la semana arreglando algunos asuntos
- ¿Quién es Tyrone? – Preguntó Lucy
- El hermano mayor de los Garnett, es prácticamente la figura paterna de esa familia, todos
lo respetan mucho, da miedo – Dijo Bree mientras fingía temblar de miedo.
- Y dices que no eres una acosadora – Respondí rodando los ojos, no me podría librar de esa cena pero al menos sería menos incomodo con solo 2 hermanos presentes.
Inevitablemente mi mente viajo a ayer por la mañana, la extraña conversación que mantuve con Ojos grises, la forma en que me miraba, como si supiera un secreto, como si tratara de reconocer algo en el lugar, ¿algo en mí? Imposible, jamás nos habíamos visto.
Una silueta pequeña llamo mi atención, era Shirley, estaba parada junto al cesto de basura, esperando a alguien posiblemente, momentos después se unió a ella un chico mucho más alto que ella, castaño y con una muy buena complexión física que dejaba claro que le importaba su físico, lo más seguro es que fuera su hermano, intercambiaron algunas palabras y Shirley se veía molesta, el chico la tomo del brazo y la guio cerca del cuarto de servicio de la cafetería, supongo que no quiere que nadie los vea discutir, se armaría un escándalo en su primer día y eso no sería nada bueno, siguieron ahí pero yo ya no podía ver bien sus expresiones para saber si estaban discutiendo aún, el lugar estaba oscuro, muy buen trabajo, así nadie les prestaría atención.
- ¿Qué haremos en tu cumpleaños Eyre?, Hay un nuevo antro a las afueras de la ciudad y todo mundo dice que el ambiente se pone increíble – Dijo Lucy obviamente tratando de distraer a Bree de su enamoramiento espontaneo.
- No lo sé, mi mamá no ha confirmado si lo pasaremos juntas – Respondí vagamente, mientras observaba a Shirley manotear en el aire, juro que estaba a punto de golpear el piso con su pie y cruzarse de brazos mientras hacia un puchero, la simple idea era divertida, eso no me lo perdería por nada.
- Bueno, llámala esta noche y pregúntale, tenemos que planear una salida épica – dijo emocionada, si había algo que a Lucy le gustaba, eso eran las fiestas.
Iba a responder cuando vi un destello de luz donde Shirley y su hermano discutían, mi primer pensamiento fue que alguien había encendido las luces, lo cual agradecía porque quería saber si todo estaba bien y cotillear mejor, pero entonces la luz fue intensificándose alrededor de Shirley mientras su hermano lucía molesto, Un halo amarillo rodeo a Shirley y fue creciendo mientras ella daba respiraciones agitadas como si hubiese corrido un maratón, me frote los ojos “Tienen que estarme jugando una broma” pensé, la Luz en Shirley siguió creciendo y sentí que un extraño calor llegaba a mí, voltee a mi alrededor asustada ero nadie parecía notarlo, ni el calor ni la luz, enfoque mi visión pero no desapareció, Shirley seguía ahí, luciendo como un sol y su hermano seguía viéndola con molestia mientras el calor seguía aumentando al mismo tiempo que su luz se iba extendiendo, no podía aguantar más el calor que quemaba en mi piel, estaba sudando y eso me ponía incomoda, ¿Por qué nadie más lo notaba?, ¿Estaba alucinando?, cuando el hermano de Shirley la tomo por el cuello entre en pánico, ¿Qué pensaba hacerle? Era tan pequeña y frágil, ella dijo algo que no pude leer en sus labios y él la empujo contra la pared, sin poder evitarlo solté un grito, no sé si por Shirley o por el calor delirante que estaba sintiendo, todos voltearon a verme, incluidos Shirley y su hermano, instantáneamente ella se “apagó” y literalmente desapareció, él sin embargo se quedó ahí, observándome, como decidiendo que hacer, hizo un gesto con la mano y salió de la cafetería.
- Eyre ¿Qué sucede?, ¿Te encuentras bien? – Pregunto Bree preocupada, no pude responder, me desmaye.
Nolan
Iba a matarla, iba a jodidamente asesinar a esa
estúpida hada de Luz, ella nos vio, no debía ser posible, yo estaba usando
Glamour para mantenerme oculto y ella malditamente pudo verme y en la peor de
las circunstancias, si vas a ser pillado por los humanos lo que menos quieres
es que sea maltratando a una chica, por más molesta y estúpida que esta sea.
-Tranquilo nadie más te vio – Dijo Shirley apareciendo de la nada, vaya cobarde.
-Cállate, nada de esto hubiera pasado si te hubieras centrado en lo que venimos a hacer –
Encontré a Shirley hace apenas 20 minutos muy acalorada con un humano en el estacionamiento, las hadas jóvenes tendían a ser adictas al sexo, por ello no quería trabajar con una, hubiera preferido venir solo.
- No hizo daño a nadie, al contrario, pienso que hice muy feliz a un mortal, soy una maldita hada, ¿No se supone que es mi trabajo?, ¿mantenerlos felices? – dijo con fastidio.
- ¡No de esa forma Shirley!, sabes muy bien que tenemos permitido divertirnos pero estamos aquí para encontrar a la heredera de Aria Blodearth y llevarla de regreso a la corte mágica.
- ¡¿Por qué es tan importante?! –Dijo exaltada – Aria desapareció hace años y de todas formas no sabemos siquiera si tiene una heredera.
- La tuvo, eso está escrito, solo tenemos que encontrarla – No podía contarle a Shirley todo lo que sabíamos, Aria había sido una de las Wiccans más poderosas de sus tiempos y fue la única sobreviviente de su coven luego de la cacería, luego de eso decidió abandonarnos para llevar una vida normal pero siempre estuvo ayudándonos, nuestra conexión con el mundo mortal son los Wiccans y lamentablemente hay muy pocos desde hace siglos, nos mantenemos estables gracias a Wiccans poderosos pero cuando Aria murió nos debilitamos, el paso al mundo mortal es cada vez más difícil, hemos perdido mucha gente y ambos mundos están marchitándose.
- Pienso que estamos aquí dando vueltas en círculos Nolan, llevamos 5 años buscando a su heredera y no hemos dado con ella, ¿Recuerdas cuando encontramos a la supuesta hija de Aria? ¡Estábamos equivocados!, era la maldita hija de una humana común y corriente. – Cuando recién llegamos aquí seguimos las indicaciones de una vieja bruja para llegar a la casa donde debería vivir la hija de Aria, sentimos una vibración increíblemente alta, estaba seguro que la heredera estaba allí, cuando una noche mande a Shirley a rastrear no había rastro de Aria en la casa, eran humanos normales, quizá mi sensor fue engañado por toda la basura tecnológica que usan.
- Tiene una heredera, cuando era pequeño escuche a mi padre hablar sobre la heredera de Aria, una niña con una vibración energética tan alta y tan pura que toda la comunidad sintió su nacimiento – Recordaba ese día claramente, toda la comunidad y la corte de magia se reunió a realizar un ritual pidiendo por la pequeña, ellos sabían que era nuestra esperanza, suplicaban a los Dioses que la protegieran de los oscuros, si ellos la encontraban la matarían así que mandaron llamar a Aria a la corte, ella juro protegerla y juro que la niña tenía una conexión mística con la madre tierra, el plan era protegerla hasta que fuera mayor de edad y entonces prepararla para desarrollar su magia, Aria jamás revelo donde estaba, no era seguro, murió protegiéndola y ahora nosotros debíamos encontrarla y prepararla.
- ¡Tonterías! – Bufó Shirley – Si ella existiera lo sabríamos todos en el otro mundo.
- Lo saben, solo eres demasiado estúpida para haber puesto atención – Dije mirándola con lastima, las hadas luz odiaban la idea de alguien más poderoso que ellas.
- Tú no sabes nada, maldito mestizo – Dijo con cara de enfado.
- Escucha, no me importa si lo crees o no, estas aquí para ayudarme a encontrarla, hasta entonces compórtate, no quiero que se repita lo de hoy, tuve que usar un hechizo de memoria en la chica para que no recuerde y odio hacerlo – Usar hechizos en humanos era sencillo salvo por el hecho de que debías cuidar sus frágiles cuerpos debilitados por toda esa comida basura y malos hábitos.
- Está bien, está bien, quizá me sobresalte un poco, solo déjame en paz y haré lo que me pidas – Dijo y desapareció.
Esa chica no debió ser capaz de verme pero lo hizo, ella era diferente y tenía que averiguar porque, algunos humanos estaban profundamente conectados con su naturaleza pura, esos eran los humanos que podían sentirnos, a veces vernos, aun así necesitaba descartar que no fuera una infiltrada.
-Se lo que estás pensando – Una melosa voz interrumpió mis pensamientos, Tara.
- ¿Qué estoy pensando? – Respondí indiferente, no sé si ella sabía lo que estaba pensando porque esa no era su habilidad, pero sabía lo que ella pensaba.
- Crees que la chica está en la misma misión que tú – Dijo mientras pasaba sus manos por mis hombros y comenzaba a frotarlos – Tranquilo cariño, vi todo y esa chica definitivamente no es una infiltrada, pero sabes – bajo sus manos por mi espalda hasta mi cintura y descanso su barbilla en mi hombro – hay oscuros en este lugar, deberías poner a esa engreída luciérnaga a trabajar de una vez por todas, Madeline dice que la chica está por cumplir años, ¿Sabes lo que eso significa?
- Que sus poderes se intensificaran – Dije con un suspiro cansado, con oscuros merodeando por aquí todo iba a ser más difícil.
- Así es – Respondió Tara alejándose de mi – Estoy tratando de obtener más información de las brujas pero Shawn me tiene atada, no quiere alertar a nuestros enemigos – Shawn era nuestro gobernante, era quien tomaba las decisiones desde que su padre murió, la reina había quedado devastada y aunque seguía siendo la que debía mantener el otro mundo en orden, había delegado ciertas responsabilidades en su hijo Shawn.
- Averigua todo lo que puedas, cualquier cosa será útil, si Damon mando a sus gatos oscuros a buscar a la chica necesitamos darnos prisa – Dije mientras me alejaba, lo bueno de Tara es que era una gran fuente de información, pero pasar demasiado tiempo con ella tendía a ser exasperante.
- ¿A dónde vas? – Pregunto con fingida inocencia.
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