- Definitivamente no creo que este embaraza, ¡ni
siquiera tiene novio por Dios! – Dijo una voz a lo lejos.
- ¿Entonces a que se debe el desmayo? – respondió una
voz distinta, trate de enfocarme en mi entorno pero estaba demasiado adormecida
para moverme.
- Probablemente está enferma y no nos lo dijo.
- Quizá fue un golpe de calor – Dijo una voz masculina – Perdón que me meta, estaba escuchándolas y bueno los desmayos ocasionados por el calor son muy comunes en esta época, quizá eso le sucedió ¿Estaba bebiendo suficiente agua? – Pregunto el hombre con una voz demasiado profesional.
- ¿Eres medico? – Dijo la voz de Bree, sí, esa voz era la de Bree.
-Sí, soy el medico titular de la clínica, mi enfermera me dijo que había una chica desmayada– Dijo la voz masculina que ahora sabia era un doctor pero ¿Qué hacía yo en una clínica?
- Sí, es nuestra amiga, no sabemos qué le pasó, solo se desmayó en medio de la cafetería
– Dijo Lucy me pareció.
- Pero no antes de gritar un “Noo” aterrador, luego se quedó en pausa unos segundos y se desmayó – Dijo Bree, ¿De verdad paso eso?
- Probablemente ya se sentía mal y solo fue un breve momento de shock antes del desmayo, definitivamente debió ser un desmayo causado por estrés o por el clima, ¿podrían salir un momento para poder revisarla y despertarla?, cuando este estable les hablare para que pasen a verla. – dijo amablemente el doctor.
- Uhm…Sí, supongo que está bien – Escuche a Lucy decir y luego de unos segundos la puerta cerrarse, sentí una mano sobre la mía y una sensación eléctrica me recorrió, me levante sobresaltada pero cuando abrí los ojos no había nadie tocándome.
- Tranquila, podrías marearte – Dijo un chico en la camilla de al lado.
- ¿Quién eres?, ¿Dónde está el doctor? – Dije en un hilo de voz, mi garganta estaba seca.
- El doctor fue hace 2 segundos por alcohol y yo soy Noah Green, un simple paciente más
–Dijo sonriendo, tenía una sonrisa encantadora pero algo en el me hacía querer ser precavida.
- ¿Qué te sucede? – Pregunte sin poder evitarlo, se veía muy bien como para estar en una clínica.
- Un simple desmayo, el calor esta insoportable – Dijo el chico con una expresión de falso malestar.
- ¿Calor? – Un recuerdo cosquilleo en mi mente, calor, tenía calor y estaba sudando, pero el recuerdo no llegaba más allá, cuando Doctor llego me inspecciono y dijo que todo estaba bien, me sentía bien así que le creí y aunque no me sintiera bien, no estaba dispuesta a quedarme ahí.
- Muy bien, estas perfectamente estable – me dijo el Doctor mientras tomaba algunas anotaciones.
- No necesita ser un experto para darse cuenta de eso Doc – Dijo Noah sonriendo
- Guarda silencio Green – Dijo el doctor y me sorprendió la familiaridad con que le hablaba.
- ¿Puedo irme a casa entonces? – Pregunte, de verdad deseaba irme.
- Claro, llamare a tus amigas, si te sientes mal no dudes en volver ¿Esta bien?
- Sí, por supuesto, me siento genial – El Dr. Me dio un asentimiento y salió, casi
instantáneamente entraron Lucy y Bree, esta última salto literalmente sobre mí sacando todo el aire de mis pulmones.
- ¡Dios Ey!, estaba muy asustada ¿Qué paso? ¿Te sientes bien? - Dijo Bree, se veía tan preocupada que no pude evitar sentirme mal por ser la culpable.
- Estoy bien Bree, solo fue un desmayo.
- ¿Solo un desmayo? Gritaste y estabas sudando, ¿No cogiste algún tipo de extraño virus
en la cafetería? – Pregunto Lucy
- Puede ser, él también sufrió un desmayo hoy – Dije señalando a Noah quien extrañamente había pasado desapercibido al radar de Bree. Las chicas voltearon a verlo y el hizo la señal de amor y paz con los dedos, rápidamente la atención de Bree viajo de mi al apuesto chico en la otra cama.
- ¿Te desmayaste hoy? ¡Pobrecillo! ¿Cómo te encuentras? – Dijo batiendo sus pestañas y poniendo voz melosa, casi quería rodar los ojos pero me contuve, que típico.
- Sí, no fue nada grave, supongo que ella tiene razón – dijo señalando a Lucy – Probablemente haya algún virus por ahí, uno nunca sabe, con la contaminación y todo eso.
- Si te sientes mejor podríamos acercarte a casa, traje mi auto – ofreció Bree, cuando se lo proponía podría ser un alma caritativa, siempre y cuando fueran hombres atractivos.
- Seria grandioso si me dieran un aventón a la Universidad, deje mi auto en el estacionamiento.
- ¡Será un placer!, solo debemos esperar a que vuelva alguien que te pueda dar de alta – Juro que Bree casi dio saltos de emoción.
- ¿Bromeas?, solo fue un desmayo, vayámonos, no pasará nada – se levantó y se apresuró hacia la puerta luciendo extrañamente feliz.
- ¿Y si te desmayas otra vez? – pregunto Bree con un atisbo de preocupación.
- Si me llego a desmayar otra vez podrías probar despertarme con un beso – dijo Noah y le dedico una mirada traviesa a Bree, quien al oír eso sonrió felizmente.
- ¡Vámonos! – Grito Lucy – tenemos que volver antes de que vomite.
Caminamos todos a la salida, era un día bonito, caluroso sí, pero no lograba entender cómo fue que termine desmayada, el sol brillaba como siempre, no había nada novedoso.
Cuando subimos al auto preferí evitar el flirteo de Bree y Noah en la parte delantera y me dedique a ver por la ventana mientras Lucy hablaba por teléfono con Jack, su novio, la única soltera en el auto ¡Felicidades Eyre! Seguramente morirás sola.
- Jack dice que nos esperará junto con Katlyn en el estacionamiento – Anuncio Lucy y siguió hablando con su novio.
- ¿Por qué Kat va a esperarnos en el estacionamiento? – Preguntó Bree y volteo a verme por el retrovisor.
- No lo sé, quizá solo quiere cerciorarse que estoy bien – respondí vagamente – o se enteró que invitaste a los nuevos vecinos a cenar y quiera asesinarte para después servirte como plato principal – dije esperando una reacción de Bree pero ella no dijo nada, sin embargo
Noah mostro mucho interés.
- ¿Tienen nuevos vecinos?, ¿Desde cuándo? – dijo mientras se mordía una uña y arrojaba el trozo de uña recién mutilada por la ventana.
- No hagas eso, es asqueroso – dije con mi mejor cara de desagrado pero él se limitó a verme esperando respuesta – Se acaban de mudar, Bree es solo muy amable, ya sabes.
- Sí, lo sé, un alma buena – dijo Noah – y excelente conductora, llegamos sanos y salvos – Dijo estirando un brazo detrás de su cabeza.
Efectivamente Katlyn estaba ahí, recién nos vio y ya estaba caminando hasta el auto, me baje y la abrace, no quería que se preocupara así que me apresure a decirle que todo estaba bien y luego de comprobar que no me viera pálida volvió a abrazarme.
- ¿Vienes del hospital también? ¡Por Dios! ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? – No entendí a que se refería hasta que vi que hablaba con Noah ¿Se conocían?
- Estoy bien Katlyn, sufrí un desmayo solamente, el calor de América es algo nuevo para mí.
- ¿Se conocen? – preguntamos Bree y Yo simultáneamente, no era la única sorprendida.
- Sí claro, Noah Green es uno de los estudiantes nuevos, está conmigo en un módulo y hoy se metió en un problema con Louis por defender a su hermanita de ellos.
- ¿Su hermanita? – pregunté y no supe porque sentí ganas de golpearlo.
- Sí, creo que debe estar en el curso de alguna de ustedes, se llama Shirley – Dijo Noah casualmente, Shirley, la chica nueva de Irlanda, compartíamos ahora la clase del Sr. Doyle.
- ¿Eres Irlandés? – Fue lo primero que salió de mi boca y él se vio sorprendido – Tu…uhm…tu hermana está conmigo, se presentó esta mañana y dijo que eran de Irlanda.
- Sí, lo somos, estoy sorprendido de que Shir lo mencionará, suele ser muy cerrada sobre su vida.
- Bueno, solo dijo eso y su edad realmente, no dio mucha información.
- Ya veo, bueno ha sido un placer pero debo irme, tengo trabajo que hacer – Dijo Noah.
- Esta bien, espero verte mañana Noah Green – Dijo dulcemente Bree, esa chica no perdía el tiempo.
- Claro, les debo un almuerzo por sacarme de la clínica, odio a los doctores merodeando y no tenía como volver, las veo luego chicas – se despidió con la mano y se fue, cuando doblo la esquina Bree dejo salir un suspiro y subió a su auto, decidí irme con Katlyn con tal de evitar oírla parlotear sobre chicos, los pobres de Lucy y Jack subieron a regañadientes con Bree, tendrían seguramente un viaje difícil, pero su casa quedaba cerca afortunadamente, cuando íbamos saliendo del estacionamiento vi a Noah junto a su auto y a Shirley subiendo al lado del copiloto, cuando Noah cerró la puerta y vi la cara de Shirley un recuerdo parpadeo en mi mente, pero fue demasiado rápido para identificarlo, desapareció y me quede solo con una extraña sensación de desconfianza hacia Noah, ¿Dónde te he visto antes Noah Green?.
Nolan
- Ellas tienen nuevos vecinos – fue lo primero que
decía desde que subí al auto con Shirley.
- ¿Eso que importa? – pregunto Shirley mientras pintaba
una de sus uñas de un amarillo chillante.
- Resulta sospechoso ¿No crees?, llegamos aquí luego de
2 años de estar postergándolo y de pronto más gente se muda, no ha llegado
nadie nuevo a la ciudad desde que aquella pareja hippie compró la casa vieja de
la calle principal –Shirley y yo no habíamos vivido aquí antes pero lo habíamos
mantenido en observación, en ocasiones detectábamos vibraciones inusuales en el
lugar pero cuando llegábamos habían desaparecido por completo y se presentaban
en alguna otra ciudad.
- Bien y ¿Qué sugieres? – pregunto Shirley.
- Vas a hacer tú cosa de luz mágica y vas a averiguar
donde viven, las visitaré esta noche en su gran cena.
- ¿Vas a presentarte en la cena? ¿Solo así? – pregunto
con duda.
- Claro que no, usaré glamour para poder ver desde
fuera quienes son los famosos vecinos – Era
un truco realmente fácil, solo necesitaba descartar a los oscuros
merodeando por aquí pero Shirley no tenía por qué saberlo, lo arruinaría.
- Está bien, pero tomare la noche libre ya que tu
estarás haciendo de espía – antes de que pudiera decir nada había
desaparecido, si alguien me hubiera
dicho hace años que terminaría aceptando las condiciones de un hada de luz
jamás lo hubiera creído, pero necesitaba mantenerla alejada del asunto con los
oscuros, si se enteraba que buscaban lo mismo que nosotros Shirley abandonaría
la búsqueda y Shawn no me daría otra oportunidad.
Conduje hasta las afueras de la ciudad, introduciéndome
en el bosque, 2 kilómetros a partir del inicio del bosque estaba mi casa en
este mundo, estaba protegida con un poderoso hechizo, ningún humano o no humano
podía verla, salvo yo y ningún ser pensante podía entrar sin mi permiso, aves y
animales silvestres eran bienvenidos y , aunque no lo fueran no había manera de
evitar que pasaran, los hechizos utilizan fuerza de la naturaleza para
mantenerse y la madre naturaleza jamás le cerraría las puertas a sus criaturas
inocentes, al menos eso es lo que me enseñaron. Ellos eran inmunes al portal,
este era su planeta, podían viajar libres.
Estaba a punto de entrar a mis territorios cuando Tara
apareció en el asiento del copiloto, decidí desviarme y continuar por el
bosque, no necesitaba a Tara merodeando mi casa.
- ¿Averiguaste algo? – pregunté.
- Que tierno, también me preocupo por ti, me alegro que
estés bien yo he estado excelente – bufó molesta.
- Sabes que no soy esa clase de chico Tara y estamos
algo ocupados aquí.
- Damon envió a sus oscuros, las hadas del bosque vieron
a Brianna en un bar, supongo que necesitaba energía extra y salió a cazar.
- ¿Damon mando a su pequeña princesa de la destrucción?
Eso son malas noticias T – Brianna era hija de Damon, por tanto era la princesa
de los oscuros por así decirlo, una de las guerreras más crueles y fuertes de
entre su gente, si Damon la había mandado a buscar a la heredera tenía grandes
planes para cuando la encontrará y alguna sospecha de quien podría ser quizá,
necesitaba darme prisa.
- ¿Por qué accedería Brianna a venir? Es decir, Tyrone
es el mayor, debería ser el más interesado en mantener a su padre contento,
Brianna no tiene posibilidad de quedarse con el reino, los oscuros no
admitirían a una mujer como líder.
- Para no ser
desterrada por su querido papi quizá – Sí, Damon era capaz de desterrar a su
propia hija si se negaba a obedecer.
- Jamás entenderé a los oscuros, pero veamos el lado
bueno – dijo Tara mientras se arreglaba el cabello.
- ¿Hay un lado bueno? – Reí sin ganas.
- Claro, los oscuros no tienen el poder que nosotros
tenemos para sentir la energía, no sabrán reconocer a la heredera a menos que
haga algún truco, ya sabes – En eso tenía razón, los oscuros tenían muchas
habilidad y solían adoptar formas de animales lo que les daba un increíble
olfato pero no eran capaces de sentir las vibraciones, cada ser vivo, humano,
planta, animal e inclusive el planeta tierra tenia diferentes vibraciones, era
agotador sentirlas todas al mismo tiempo, podrías volverte loco y muchos habían
terminado con su vida la primera vez que visitaban el mundo humano, en el otro
mundo solo debías sentir la vibración del mundo mismo, estamos programados para
no sentir las nuestras, cuando venias al mundo humano todo era un caos, las
vibraciones energéticas eran leves pero demasiadas, con el tiempo tenías que
aprender a omitirlas pero llevaba muchos dolores de cabeza y días en cama.
- Eso es cierto, pero quizá saben algo que nosotros no
y por eso están aquí – Dije sin mirar a Tara.
- Visitaremos a Melva está noche – Dijo casi
tímidamente.
- ¿Quiénes exactamente? – pregunté con cuidado, Melva
era nuestra líder, si ella decía que todos debíamos acudir a su llamado no
había forma de escaparme de eso.
- Bueno, no fue muy específica – empezó a decir Tara –
pero dijo que tenía noticias importantes y necesitaba tener a todos en el
palacio – hizo una pausa – creo que escuche que Shawn quiere vernos – termino
de decir sonando más temerosa de lo que esperaba.
- ¿Estás asustada? Sorprendente, jamás temiste del Rey
y tienes miedo de que Shawn te descubra – podría reírme de la situación, pero
ahora estaba forzado a faltar a la gran cena por culpa del maldito Shawn,
esperaba que tuviera algo de verdad importante que decir.
- No estoy asustada por que pueda ser descubierta, me
aterra que nos den malas noticias – dijo mirando por la ventana – me da miedo
que nos diga que el otro mundo empeoro o que los oscuros ya encontraron a la
heredera.
- No lo han hecho – dije para mí mismo.
- Eso espero, me resulta sospechoso que ellos estén
aquí, necesitas encontrarlos y seguirlos de cerca, ahora ya sabemos que Brianna
está entre ellos.
- Y si Brianna está entre ellos será mejor que haga
esto rápido, Tara – dije llamando su atención – faltaré al llamado de Melva,
mandaré a Shirley, no pueden objetar, tengo alguna sospecha de donde puedan
estar los oscuros.
- No creo que sea buena idea, a Melva no le gusta ser
ignorada – tenía razón y si Melva no estaba contenta pasaban cosas malas, para
nosotros.
- ¡Maldición! -
suspire desesperado – Entonces solo llegaré tarde ¿Puedes cubrirme hasta que
llegue?
- Lo intentare, pero no prometo mucho, sabes que no hay
mucho que pueda hacer – No pude responder a eso, Tara desapareció.
Me fui a casa, necesitaba más que nunca informantes en
todo el bosque y los únicos seres lo suficientemente cotilla para querer
colaborar eran las hadas, pase a casa
por un poco de pan de centeno, semillas, frutas y flores, lo puse todo en una
canasta vieja y me encamine al lago, las hadas eran vanidosas, les gustaba ver
su reflejo en el agua por eso frecuentaban asistir cerca de ríos, lagos y el
mar.
Cuando llegue puse la canasta en la orilla del lago, sé
que si había algún hada cerca ya se había dado cuenta de mi presencia, podíamos
sentirnos, podíamos identificar a los de nuestro mundo, el sol se estaba poniendo,
esperaba que las hadas estuvieran de buen humor y aparecieran, no podía perder
mucho tiempo.
- ¿Traes algunas fresas ahí? – Pregunto una voz tímida,
mire alrededor pero no logre localizar de donde venía.
- Sí, traje fresas y algunas semillas de girasol,
¿Quieres algunas? – Pregunte amablemente, las hadas del bosque solo se
acercaban a ti si sentían que tus intenciones eran buenas.
- ¿Lo harías? ¡Eso sería estupendo! – dijo
manifestándose ante mí, era una pequeña hada, es decir, las hadas se supone que
son pequeñas aun en forma humana pero esta era un hada infante.
- Claro, toma lo que te apetezca – dije y ella dio un
giro de emoción y empezó a buscar en la canasta - ¿Cómo te llamas? – Pregunté,
ella me miro mientras metía un gran trozo de pan en su pequeña boca – Soy Nolan
GreenWood – quizá si sabía quién era me confiaría su nombre – ella me miro con
asombro pero no huyo, eso era bueno.
- ¿Eres el caballero de la corte mágica? – Pregunto
emocionada, le di un asentimiento con la cabeza y ella adopto forma humana y me
tendió su pequeña mano – Soy Lana Lake.
- ¿Un hada de agua? – pregunte con cautela, regularmente
las hadas llevaban el apellido relacionado con su poder, era un asunto de
familia y si ella tenía alguna clase de control sobre el agua podría sernos muy
útil creando distracciones.
- ¡Así es! – Dijo orgullosa, aún estoy aprendiendo,
hasta ahora solo puedo crear tormentas y turbulencias, pero ya me están
enseñando para poder manejarla – puso cara apenada y continúo – La semana
pasada hice estallar algunas tuberías de la vieja fábrica, mamá estaba molesta
porque los humanos tuvieron que venir a repararlo.
- De errores se aprende, te contaré un secreto – dije
tratando de darle confianza suficiente para que me ayudará – Cuando estaba
aprendiendo a usar mi magia hice que le creciera cola y joroba a mi padre
porque confundí cabello con camello – Lana comenzó a reír a carcajadas mientras
pataleaba en el suelo tocándose en estómago, la tenía ganada.
- Eso debió ser divertido – Dijo aun entre risas.
- Lo fue, eran buenos tiempos, ¿Sabes? Cuando crezcas
te darás cuenta que está bien equivocarse, así aprendemos – Dije y ella me miro
sería.
- ¿Es cierto que buscan a la heredera de Aria? –
Pregunto emocionada – Mamá dice que ella podría ayudarnos a salvar nuestro
hogar.
- Sí Lana, lamentablemente llevamos años buscándola y
no le hemos podido encontrar – la tristeza en el rostro de la pequeña hada era
notable – ¿Te gustaría ayudarnos? – pregunte y su rostro se ilumino al
instante.
- ¿Cómo podría yo ayudarte?
- Si llegan a ver algo o a sentir a alguien sospechoso
por aquí, solo házmelo saber ¿Puedes hacer eso por mí? – ella asintió
frenéticamente.
- Claro, ¿Vendrás por aquí seguido? – preguntó aun
emocionada.
- Por supuesto, y si necesitas decirme algo solo
llámame, sabes mi nombre, yo vendré tan pronto como pueda.
- ¡Perfecto! – Dio un salto emocionada – Traerás más
fresas contigo ¿Verdad?
- Claro, traeré tantas cosas como pueda – declare,
estaba oscureciendo cada vez más rápido así que me despedí de la pequeña y volví
a mi auto, ahora tenía una aliada, solo necesitaba verificar la cena de Katlyn
y sus compañeras, afortunadamente Shirley había pasado antes por mi casa a
decirme donde vivían.
Cuando llegue al lugar sentí un escalofrió recorrer mi
espina dorsal, ahí dentro había oscuros, camine cautelosamente hasta la ventana
más cercana, era la de la cocina, me enfoque en ver a alguien pero la única
persona a la que vi fue a Katlyn
llevando algunos platos a la mesa, camine alrededor de la casa tratando de ver
algo por las ventanas pero estaban cerradas, sabía que los oscuros estaban
dentro pero necesitaba saber quiénes eran, no habían pasado ni 2 minutos cuando
alguien salió de la casa de al lado, con glamour logre camuflarme con el
entorno y casi me voy de espaldas cuando lo vi caminar hacia la puerta
principal, Aidan Harnett, al parecer el Rey oscuro había mandado a sus hijos en
esta misión. Aidan tocó el timbre de la casa y dio un vistazo alrededor ¿Esperaba a alguien?, segundos después la
chica de la cafetería abrió y se quedó pasmada al verlo, eso llamo mi atención
y me acerque para escucharlos.
- ¿Qué haces tú aquí? – Dijo la chica.
- ¿Yo?, ¿Qué haces tú aquí? – Respondió Aidan – espera
¿Vives aquí? – La chica dio un asentimiento – Vaya, que pequeño es el mundo, ¿Piensas
cantarme algo esta noche? – el comentario hizo que la chica se ruborizara por
un breve momento.
- ¿Por qué lo haría? – respondió arrogante mientras
Aidan dejaba caer su peso contra la pared.
- ¿Puedo contarte un secreto? – Dijo Aidan y no espero
respuesta de la chica – He estado todo el día pensando en nuestro encuentro de
esta mañana, ¿Cómo es eso posible?
- No eres gracioso – respondió ella cruzando los brazos
sobre su pecho.
- No planeo serlo, en realidad se supone que debo ser
justo lo opuesto pero eres divertida.
- No soy tu payaso – respondió ofendida – ahora
¿Quieres entrar por la maldita cena o prefieres quedarte aquí toda la noche?
- Tranquila chica ruda, seamos buenos vecinos, nos
veremos mucho y tu amiga Bree es linda – dijo sonriendo, los gemelos Harnett
siempre habían sido famosos por ligar chicas humanas y no humanas cada que
podían.
- Si quieres ver a Bree será mejor que entres de una
vez – dijo señalándole la habitación con el dedo, Harnett finalmente entro pero
la chica se quedó fuera, se sentó en un escalón y comenzó a jugar con el pasto,
la luna iluminaba todo a su alrededor enmarcando un halo de luz blanca
alrededor suyo, los humanos ordinarios no podían verlo pero hablaban mucho de
ello, las auras, esa energía que caracteriza la personalidad y espíritu puro de
cada ser humano, una rama cayo del árbol donde estaba y ella fijo su atención
en mí, yo sabía que no podía verme pero cuando comenzó a caminar sin apartar su
vista de mi dude por un segundo, se paró frente y se quedó mirando unos
instantes, me pregunte donde había conocido a Aidan y porque no estaba dentro
disfrutando de su compañía, las chicas humanas no solían resistirse a los
encantos de un príncipe oscuro, sin embargo ella estaba aquí, jugando con pasto
y viendo a la nada, cuando estaba casi seguro que me había visto o sentido la
vi patear la rama y volver adentro.
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